viernes, 26 de marzo de 2010

ABRAZOS Y BESOS




El desabrido sonido del despertador hizo que Mariana se sobresaltase. Esa noche había dormido poco y mal, eso no la iba a beneficiar en absoluto. Tenía que darse prisa, a las diez era su primera entrevista de trabajo. Acababa de terminar sus estudios y en estos momentos los ampliaba con un Master a punto de concluir. Era crucial la entrevista.

Pero, ¿Por qué estaba tan nerviosa? ¡Estoy preparada y lo puedo conseguir! Se decía una y otra vez.

Se dio una ducha enjabonándose su frágil cuerpo y recogiéndose cuidadosamente su larga y morena melena, (es muy importante la higiene) pensaba. Se maquilló a continuación discretamente (no voy a ninguna fiesta). Se vistió con un traje pantalón que había comprado para la ocasión en un gris perla, pero lo acompañó con una blusa rosa fuerte que lo alegraba y un collar largo haciendo el conjunto más femenino. Los zapatos ni planos ni de fiesta, unos mocasines de medio tacón. Discreta, elegante y femenina. (la imagen es importante y más en estos tiempos de tanta competitividad), seguía pensando, y salió de casa dispuesta para la lucha.

La pasaron al despacho del Jefe de Personal, Estaba sentado detrás de su mesa y pensativo.

-¡Oh, perdone!

Se levantó para saludarla. Mariana puso su trémula mano en la de aquel hombre que se le antojó como un corpulento armario. La sonreía, pero de pronto quiso saludar y no pudo, en su cabeza sentía un zumbido desconocido y sus piernas se volvían como chicle. Se vio abrazada por aquel corpachón que la sostenía firmemente y logró sentarla en una silla. La frotaba suavemente los hombros con una mano y con la otra seguía aprisionando su mano dándole energía y confianza.

-¿Su primera entrevista de trabajo? -le espetó. Le aseguro que no me he comido nunca a nadie, -Se lo dijo dirigiéndole una sonrisa cálida y amable.

La entrevista fue bien y salió con buen ánimo.¡Prueba superada!

La mañana le pareció más luminosa y se entretuvo paseando. Atravesó unos jardines llenos de flores y vio a unos niños jugando. Al momento reconoció a una de aquellas jóvenes mamás. ¡Pero si eres Luisa! Se abalanzó sobre ella abrazándola con cariño y estampándola dos sonoros besos en sus mejillas; la miraba y no se lo podía creer…Para ella una buena amiga de colegio. Se había casado y marchado a vivir a otra ciudad. Pero Luisa lejos de corresponderle de la misma manera, se mostró bastante distante. Estuvieron un rato hablando y al despedirse alargó la mano con un lánguido saludo. ¡Adiós! Mariana se quedó cortada y no se atrevió a más confianzas. ¡Me alegro de haberte visto de nuevo y convertida en mamá!

El mundo de los sentimientos es así pensaba, nadie está obligado a querernos como nosotros queremos, y nosotros tampoco queremos a otras personas como quisieran que las queramos. ¡Un lío! Cambió de pensamiento, este mucho mejor. Había quedado con su novio a la salida del trabajo para comer con él.

¡Esta vez sí!, se abalanzó en sus brazos sabiendo que sería correspondida. -¿Todo bien? -Preguntó. ¡Sí! -respondió, pero solo quería sentir como sus manos le resbalaban por la espalda y la apretaban contra su pecho. Se sentía querida y protegida. Ahora sabía que ese era el hombre que había escogido para unirse a él en lo bueno o lo malo que les deparase la vida y formar una familia. Alzó su cara y le ofreció su boca. Con los ojos abiertos vio bajar su cabeza y unir sus labios a los suyos fundiéndose en un largo y suave beso, hasta convertirse en uno apretado y apasionado que la dejó casi sin aliento.

¡Ya no podía vivir sin esos besos!


Mª EULALIA DELGADO GONZALEZ ©
Marzo 2010

No hay comentarios: