miércoles, 14 de abril de 2010

ANIVERSARIO

No encuentro un motivo apropiado para que un relato con este título resulte original, ¡y cuidado que habrá en este mundo cosas y sucesos que merezcan comentar su aniversario! Por ejemplo, sin ir más lejos, el número 800 de los Fueros de San Vicente. Pero qué coño de originalidad vas a conseguir, cuando resulta que con tal motivo se ha convocado un concurso de relatos a nivel nacional. Pues no habrá pocos que más o menos, no vengan a decir las mismas cosas.

Así que he pensado que si la originalidad me falla, cosa que es fácil de que nos ocurra a todos los contertulios, trataré al menos que el asunto resulte entrañable. Y para ello nada más simple y cercano a todos que referirme a nuestro primer aniversario del Taller de la Escritura que acaba de cumplirse este pasado mes de febrero.

Doce meses reuniéndonos aquí, en el apartado de los ordenadores, y doce meses ocupando cada cual prácticamente los mismos asientos del primer día. Se lo comentaba yo hace poco a Isabel que la tengo siempre a mi izquierda: “Somos como las vacas, animales de costumbres que cuando entran en el establo cada una va derecha a su lugar del pesebre”. Ya, ya se lo que me vais a decir, que nosotros no tenemos pesebre. Eso ya lo se. ¿Y sabéis porqué no le tenemos? Porque nuestro alimento es algo intangible. Nuestro alimento no es alfalfa, ni nada por el estilo. Nuestro alimento son poemas y relatos que se digieren directamente en el cerebro, porque si hubiera que rumiarlos en el estómago, seguro que hubiéramos construido el pesebre.

Pero como decía el gallego del cuento, “déjate de tonterías de pesebres y vamos a lo nuestro”: ¿Qué hemos sacado de bueno a lo largo de todo un año? No sé que pensaréis los demás, pero yo, os juro que para mi lo mejor ha sido conoceros de cerca a todos vosotros. ¡Encontrarse a gusto con tanta gente maja no hay dinero que lo pague! Esto es un regalo caído del cielo.

Y luego están nuestros trabajos. Mejores o peores, para nosotros son obras maestras. Bueno, exagerando un poquitín… Pero a mi me encanta abrir el ordenador y de vez en cuando leer lo que Lali dice de sus pintores favoritos, o “ver” como Lines se lía la manta a la cabeza y nos cuenta con pelos y señales cuanto ocurre en San Vicente. También leer como estas dos vascas sensibles Ana e Isabel desnudan el alma y nos hablan de sus vivencias íntimas y dolidas… Laura, que lo mismo vale para un roto que para un descosido, y es un todo terreno tocando cuantos temas hagan falta, y luego Blanca con sus poemas callados, como sombras, suaves y silenciosos como es ella, para después saltar al cascabel de Flor, capaz de hacer un retrato en verso al mismísimo lucero del alba. No, no se me han olvidado María y Jezabel, la sabia nueva y pujante del conjunto de soñadores que somos, capaces de hacernos ver en sus escritos, aunque no las conociéramos, su juventud desbordante. Punto y aparte para Alvaro, el benjamín de la casa que con su primer relato sobre Dinosaurios nos dejó a todos con la boca abierta. Faltan dos, Foncho y Rafael. Como mínimo a poema por día, y algo más si se tercia. Si dos, dos, que por dos vale lo que escribe, lo que vale, y lo que enseña… Pero flores no, flores a nadie, que el motivo solo era eso, el aniversario….

Jesús González González. ©
Abril 2010

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues Jesus, yo si te dejaré mucha flores, no creas que las estaban regalando no Señor!, simplemente merecían que las dejara aca, porque en este año,nos has regalado hermosos escritos, muy directos, sin rebuscamiento y eso se aprecia, se valora y agradece..

Mis flores para tí.
Besos