sábado, 18 de febrero de 2012

EL CARNAVAL.


Hoy es como un Martes de Carnaval, esta mañana me ha llamado mi amiga la vida y he quedado con ella para este carnavalesco día, tras preguntarle ¿por qué también a mi peluda te la has llevado?

No sé que disfraz ponerme. Es la tercera vez que me voy a disfrazar. Me volveré a poner un sombrero para proteger mi cabeza de la pena en forma de lluvia que me caiga. Un antifaz para ocultar mis tristes ojos y mis lágrimas. Una máscara con una gran sonrisa dibujada, para ocultar mis apretados labios. Una capa con los colores del arco iris, para sentirme protegida y tapar mi gris ropaje. Unos grandes zapatos de payaso, para aferrarme al suelo. Un cayado, para no caerme y seguir caminando por los senderos de la espera avarienta de autopistas, llanas, rectas, sin piedras, que sean fáciles de andar y que después de largas caminatas, allí a lo lejos, en el horizonte se vislumbre un bonito y prometedor amanecer. Entonces, tranquilamente sentada a la vera del recorrido, me quitaré el sombrero, el antifaz la máscara, la capa y los zapatos de payaso. Ya no me harán falta, pues el sol cubrirá mi cabeza mis ojos estarán brillantes de alegría, mis labios sonreirán sin la capa y mi cuerpo sentirá calor.

Mi disfraz quedará guardado bajo llave en el baúl de mis tristezas junto con tu foto, mi pequeña, chata y peluda amiga. Por siempre estarás en un rincón de mi ya muy dañado corazón.

Ana Pérez Urquiza ©
Febrero 2012

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Cuánto hay dentro de ese coranzoncito, cuánto guardas, que bien trasladaste a las letras todo ello!
Intentaré aprender de ti para acariciar mis letras y dejarlas suavemente en los oyentes, pacificamente, y escribir desde ese interior que todo lo puede, de esa fuerza que tú recoges cada vez, una, dos, tres..., las que hagan falta, porque la vida es eso, superar cada escalón en esa bellísima escalera que por supuesto, tiene pasamanos para equilibrar...
Abrazo. Lines