sábado, 3 de febrero de 2018

EL BESO

EL BESO
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El beso es la expresión mágica que tenemos los seres vivos para transmitir a los demás congéneres esa amalgama de sentimientos que nos invaden.
La madre joven y primeriza con su bebé. Es la hora del baño placentero y relajante. Lo seca con sumo cuidado, le da un masaje con la crema y, cuándo sonríe, le da besos de pedorreta que lo desternillan de risa.
Besos de alegre despedida entre compañeras de Colegio: ”Vacaciones de Navidad. ¡Hasta el año que viene!” –se dicen, besándose entre risas. 
Besos entre hermanos que se hacen rabiar uno al otro. Mayormente, acaban haciendo el pacto de paz: “¡Pero a la próxima, se lo digo a papá!”
Besos trágicos de despedida por trabajo, que separan a familias por meses o años. Y también los maravillosos del reencuentro.
Besos más trágicos a los seres queridos que se van sin remedio, por una enfermedad maldita o porque, por la edad, los reclama el más allá y solo queda el consuelo de seguir besándoles, pero en fotografía.
Besos de jovencitos enamorados, preludio de relaciones más profundas, comenzando el ciclo de la vida. Con boda o sin ella, ya son solo dos seres que se quieren comer a besos…
Besos que, a través de los años, se van haciendo más rutinarios de esas mismas parejas. A veces, la convivencia se puede volver tumultuosa, trastocándolo todo y acabando en tremendas tragedias.
Besos amorosos de los abuelos hacia los nietos, que están deseando que vengan un rato a revolverles la casa y darles ese achuchón con beso que tanto necesitan.
Besos de protocolo y presentación, de premios deportivos, científicos, artísticos, culturales. Besos de religión a nuestras medallas o crucifijos. Al Niño y al Cristo, a las reliquias de los Santos Lugares cuando llegan los peregrinos…
Besos, besos…, miles de besos diferentes, pero todos llenos de sentimiento.
Hasta los animales se besan. Lo he visto en reportajes increíbles sobre ellos. Después de criar varios mastines y verlos acariciarse y sobarse, a una pareja que tuvimos, les vi besarse. Estaban tumbados delante del ventanal del salón y yo les veía desde dentro. Se acariciaban. Hasta que me quedé estupefacta: ¡se besaban en la boca! Menudo morreo...
                                                                                  Mª Eulalia Delgado González ©
                                                                                              Enero 2018
  
  



1 comentario:

jezabel dijo...

sera por besos, hablas de muchos y otros tantos que se te quedaron en el tintero.
me has dado que pensar ¿cuantos tipos de besos existirán?