domingo, 24 de mayo de 2009

EL SOL Y MIS OTROS SOLES...


Vestido de oro y sangre te situo en la parte superior central de mi postal, mientras que nosotros, seres minúsculos, giramos en un carrusel, hipnotizados, con los ojos cerrados, no sea que un rayo tuyo nos deje cegados de por vida.

Te hemos adorado y venerado como a un dios, y aunque el tiempo pasa, cada aurora, te damos la bienvenida como a un caballero, pero tú, en tu arrogancia, a veces, te ríes de nuestra pequeñez y nos envías un sirimiri monótono y triste. No obstante, en el ocaso, te vistes con colores cálidos y nos vuelves a enamorar con tu perfección.

Para evitar tus desaires, para no estresarme, en la parte derecha de mi postal, he situado dos solecitos, a Ana María y a Quintiliano.

Ana María, tú me eclipsaste como profesora, corregías los errores gramaticales de tus compañeros y realizabas comentarios inteligentes. Quintiliano, ninguno con ese nombre y nadie tan excelente. Te diagnosticaron diabetes y te arrebataron tu sueño de baloncestista. ¿Te acuerdas del cuadro que me dedicaste?, era una figura popular vasca, "Maritxu" que va por agua a la fuente... Pero surgieron otros soles y a vosotros, Ana María y Quintiliano, os hice un hueco en mi corazón.

En el centro de la postal, debajo de ti, ¡oh sol!, sitúo a los soles de mi última tutoría, Aiara, y Amaias, las bailarinas de Begas; Iker el virtuoso pianista, Jone, Ana y Cinthia, las bellas violinistas; y Mikel.

El día de mi jubilación, ¡qué sorpresa!, Mikel me saludó con el "Aurrezku", después me ofrecisteis un fabuloso concierto. Al final os abracé a cada uno y me sentí levitando como una diosa. A vosotros, mis soles artistas, también os llevo en mi corazón y quizá, por el peso, le cueste tanto bombear sangre.

He vuelto a las andadas y aquí, en San Vicente, me he rodeado de muchos soles.

-Por favor, juntaos un poco para salir en la postal.

Soles como mis amigos de La Solana, prestos a aliviarme con sus sonrisas, mi gratitud a los magnánimos soles, Carlos, Andrés y Antonio que se nos adelantaron para engalanar nuestra futura morada.

Soles como mis compañeros de Taller de Lectura y Escritura, que me otrogan serena reflexión y muchas palmas. Y hasta que la médico, otro sol, me prohíba llenar mi corazón de más emociones, yo seguiré aguardando el confort de otros soles.

Isabel Bascarán ©
21/05/09

1 comentario:

flor dijo...

Hola Isabel,muchas gracias por hacerme un hueco en tu grandioso corazón y llamarme solete,es un placer compartir nuestros sentimientos,un besito.