domingo, 21 de noviembre de 2010

LA CASA VIEJA

Hoy, hace diez años murió fulminado Raúl.

Vivía en La Casa Vieja, allá en el Cerro, junto al océano Pacífico. Mal vivía en compañía de su abuelita.

Irene emigró buscando un futuro más justo. Aterrizó en un barrio cercano al mar Cantábrico.

Las ovejas del barrio hablan la misma lengua ancestral. Todas muestran orgullosas su piel blanca, y las más añosas, apostadas a los lados de la entrada, impiden la intromisión de razas de menor rango.

Irene llegó en primavera, cuando todo reverdece y todo recobra vida, y con la vida llega la esperanza. Irene no encontró trabajo, pero se topó con mi hermano pequeño. Mi hermano era generoso, liberal, cariñoso, servicial. Sin pensarlo dos veces, acogió a Irene en la casona blanca. Pronto cambió el paisaje cotidiano: ni brazos en alto como saludo matutino, ni señales de stop para contarse las trivialidades del día –de vuelta del trabajo… Y mi hermano fue perdiendo su coraje, su auto estima y el brillo de su personalidad.

El segundo viaje de Irene a La Casa Vieja fue aún más alegre que el primero. Con la plata que llevaba no sólo aseguró una vida más decente para Raúl y la abuela sino que compró pintura para remozar La Casa Vieja y un balón de fútbol para su hijo. Pintaron la fachada de amarillo y verde, pusieron rímel en los marcos de dos ventanucos, y de carmín cubrieron la rugosa puerta. Y Raúl con su balón, la abuela e Irene formaron un cuarteto feliz frente a su obra: ¡parecía una Polichinela! Y se desternillaron de risa.

La marcha de su mamá fue algo más suave esta vez –a pesar de sus doce años. Raúl se exigió un duro y tenaz entrenamiento con la esperanza puesta en un mañana familiar. Y La Casa Vieja sería reconstruida.

Irene de nuevo en la casona blanca, se echó en los brazos de Ion. Lo encontró ojeroso, y más delgado. Ella intentó pasar algo del color y de la hilaridad de La Casa Vieja a las estáticas y antisépticas estancias. Sin embargo, nada cambiaba el ánimo de Ion que cada día vagaba más silenciosamente

El ruido de dos cucharas sobre los platos soperos fue roto por una llamada telefónica:
“Raúl ha sufrido un accidente fatal Un cable suelto –donde fue a parar el balón- ha sido el responsable”

Irene voló a La Casa Vieja. Asió una aguja de tejer y emprendió a pinchazos y rasguños contra el balón de cuero, a dentelladas cortó las puntadas. Después, llegaron las patadas y los arañazos que arrancaron todos y cada uno de los jugadores del equipo brasileño. La Casa Vieja se despanzurraba. Agarró la desvencijada silla y barrió lo que se mantenía de pie. Un abrazo triste a su madre mientras le escurría un rollito en el mandil.

Con la maleta llena de luto, Irene se unió a su pareja y también en pareja se enjugaban las lágrimas. Mas cada día, la noche se presentaba en la casona antes que en la casa de los vecinos.

El Día de los Difuntos, mi hermano y yo nos rezagamos ante la tumba de nuestros padres.

-Mari, no sé qué me duele más: la ausencia de Raúl o la presencia de mentes hitlerianas entre mis amigos.

- Dales tiempo. Tal vez lo necesiten.

“HORRA, HORRA
Gure Olentzero…”

Ion se abalanzó hacia la puerta. Delante los vecinitos, detrás sus padres. Cantaron el villancico enterito. Luego se formó un batiburrillo de brazos, cabezas, piernecitas…Los niños alzaron sus panderetas y entonaron el BELEN

“Campanas de Belén…”

Se lo sabían también enterito. Con el preciado aguinaldo en los bolsillitos de los trajes de Neskita y Baskito, los cuatro –agarrados de la mano -se alejaron.

La idea de construir un ambulatorio vecinal en La Casa Vieja del Cerro fue ovacionada por todos los parroquianos. Los gastos han sido y son sufragados por los vecinos. Desde hace cinco años, las noticias de La Casa Vieja van saltando de buzón en buzón.
¿Que qué más recibe mi barrio de La Casa Vieja?

Las ovejas se entienden ahora en varias lenguas. Las mayores han desaparecido. Y la piel no es ya tan blanca.

Y palpo la conexión perfecta, dulce e indestructible entre mi hermano, mi hermana y mis vecinos. Y…


Isabel Bascarán ©
San Vicente, a 16 de noviembre de 2010

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