jueves, 2 de diciembre de 2010

EL MAR

En la noche, se apagan las luces, se encienden los sueños y sueño. ¡Sí, sueño Mar, contigo!. Nací a tu lado, regrese junto a ti, me sumergí en ti, te dí mis primeros abrazos, me abrazas, te abrazo. Te temo, te quiero te huelo, eres como las gentes de tus costas, avisas, no engañas, fuerte, sincero, miras de frente, envistes, atacas y das calma.

Me gusta como borras las huellas de mis pies descalzos en la arena mojada, es un juego que tenemos, pues yo vuelvo a dejarlas y tú regresas y las llevas, eres más fuerte que yo, y sin duda, tú ganas.

Tienes una voz masculina y susurrante, eres… EL MAR , te he navegado y me has asustado, diciéndome; ¡estoy aquí! pero necesito verte sentirte. Cuando estás enfurecido quieres recuperar lo que la tierra te ha arrebatado y en ataques de ira lo consigues.

Eres un privilegiado, cuando estas sereno, en calma, todo el firmamento es tuyo, en esas mágicas noches de verano me lo regalas. La redonda Luna llena te mira coqueta y presumida se refleja, con su corte de estrellas.

Neptuno te pide demasiado, te llevas seres humanos, es la eterna lucha entre LA TIERRA y EL MAR.

Deseo que esta noche fría y oscura, la pases en calma y tengas un reconfortante sueño, para que mañana, amanezcas con un bonito color azul intenso, limpio y oliendo como solo tú hueles.

Mar, yo soy para ti, y tu eres para mí. Hasta mañana, Mar.


Ana Pérez Urquiza ©
Noviembre 2010

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