jueves, 2 de diciembre de 2010

ENCARGO MARÍTIMO.

De la mar me pediste que hablara,
y de ella, que dijera de todo
de los vientos, borrascas y cielos
o de cientos de peces y lodos.

Encontrando de pronto una hoguera,
es la luna que luce en su cosmos
o en estrellas que enseñan la estela
apagada en fondones muy hondos

Y me dijo que fuera sincera,
que le hablara de hombres a bordo
y contara las miles de muertes
que se fueron directas al fondo.

Y me dijo además con sonrisas,
si encontrara en los versos tesoros,
o en su vuelo las aves piando,
y al pirata, abordajes y loros.

Comprometo mi pluma este día,
envolviendo la vida de todos
en faenas de pesca o de guerra,
de piragüas, motoras y plomos.

En los grandes océanos veo
entre palmas, arenas y cocos,
que en las islas se hayan flotando
y que acunan el tiempo en reposo.

Tempestades que asedian la tierra
retozando, dejando despojos,
de galernas, tifones, glaciares
y botellas cargando sollozos.

Con colores les han bautizado
tornasoles teñidos, preciosos,
¿es el blanco, el azul o ese verde,
quizá el negro, amarillo o el rojo?

Ese mar que llevado de amores
nos afecta llenando de arrojo,
fusionadas en ella las lágrimas
de pasiones que exultan el gozo.

Es la mar, ese piélago inmenso
de temores, amores y mozos,
con la pesca, las ninfas y dioses
de sus calmas, corsarios y fosos.

El encargo te entrego pensando,
que va pleno en detalles hermosos,
y al sumar despacito los versos
superaron en largo los ocho.


Ángeles Sánchez Gandarillas ©
San Vte. de la Barquera
28 de noviembre de 2010

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