martes, 21 de diciembre de 2010

NAVIDAD



Día 1 Miércoles.

Se despertó nervioso y cansado. No había sido una buena noche. El día era gris y triste, apenas desayunó y salió rápido para ir al trabajo. Antes pasó por la librería para buscar la prensa. Allí vio la noticia.

Día 2 Jueves.

Mitad de semana, pensó. Se acababa de levantar y tras una ducha rápida salió deprisa a tomar el café. Afuera lloviznaba, con ese caer constante y monótono del norte. Buscó el periódico y de nuevo vio la fecha.

Día 3 Viernes.

Había salido del trabajo y ahora circulaba en dirección a la montaña. Le esperaban los amigos con los que pasaría el fin de semana. Quería abandonarse y olvidar un poco el trabajo. Al cruzar por un pueblecito vio las cintas de las luces.

Día 4 Sábado.

Se estaba afeitando tras haber dormido profundamente. Afuera lucía el sol sobre un cielo azul. Por encima de las casas se veían las cumbres de las altas montañas cubiertas de nieve. Sin darse cuenta volvió a pensar en la nieve, en las luces, en lo que había leído unos días antes en la prensa y en la fecha.

Día 5 Domingo.

Segundo día del largo puente. Se levantó con una pequeña resaca ya que en la noche estuvo con los amigos charlando y bebiendo un poquito. Juan y Montse formaban una pareja admirable. Les apreciaba mucho y les consideraba como la familia que no tenía cerca. Debía darse prisa, pues habían quedado para comer a las dos.

Día 6 Lunes.

Tercer día del puente de diciembre. Parecía como si el tiempo se hubiera detenido. Seguía luciendo el sol y la temperatura era agradable para estas fechas. Preparó el equipo de raquetas y bastones para caminar por el bosque. Afuera soplaba una ligera brisa que movía las ramas de los árboles, debajo de los cuales, Juan ordenaba el todo terreno que les llevaría.

Día 7 Martes.

Estaba cansado, pero era un cansancio físico. El día anterior había caminado por el bosque y peleado con la nieve. Una sensación de paz le acompañaba mientras el silencio, solamente era roto por el canto de algún pajarillo y el río que bajaba saltando entre las rocas. Hacía un rato que había comido y ahora estaba sentado y tomando el sol en el porche. Cerró los ojos y se quedó dormido.

Día 8 Miércoles.

Era el día de regreso y no tenía ganas de levantarse, pero debía hacerlo. Tenía que recoger todo y prepararse para volver a casa tras la comida. Parecía como si hubiera pasado mucho tiempo desde su llegada. Juan le hablaba y animaba para que volviera a finales de mes. Montse le ofrecía un frasco de miel para que tomara una cucharada cada noche.

Día 9 Jueves.

De nuevo en el trabajo y con pocas ganas de hacer nada. También estaba lloviznando. Parecía que el sol se hubiera quedado arriba, en el pueblo. Había humedad y la garúa era la constante de este nuevo día gris. Sonó el teléfono y le llamaron para una reunión. Al día siguiente tenía que estar en Salamanca.

Día 10 Viernes.

Estaban en un descanso del Foro. En el salón tenían un ligero desayuno esperando. Se sirvió una naranjada, tomó un café con leche y fue degustando unas pastas. Hacía frío en Salamanca. La reunión era monótona y deseaba salir para tomar el coche y regresar a la costa. Comería por el camino y así llegaría de día. Pensaba subir al pueblo.

Dia 11 Sábado.

El día estaba también luminoso, algo poco frecuente en esta época del año. Hacía una semana que había despertado en el mismo lecho y le parecía ya un siglo. Tenía que levantarse y arreglarse. Luego pasarían a buscarle Juan y Montse ya que iban a subir hasta la ruta de "Las ermitas" y querían enseñarle las ruínas.

Día 12 Domingo.

El silencio del pueblo fue roto por las campanas de la iglesia llamando a los fieles. Pensó en la última vez que había ido a una misa. Quizás cuando el entierro de Agustín, aunque pudo haber sido en la boda de Enrique, su sobrino. Sin embargo hacía mucho tiempo de ello, tanto que ni lo recordaba.

Día 13 Lunes.

Quizás la mañana estaba perezosa, con su gris que no quería despertarse. Día de trabajo para rendir cuentas del viaje a Salamanca. Luego tendría comida de trabajo y por la tarde el estudio concienzudo del informe que tenía sobre la mesa con el equipo jurídico.

Día 14 Martes.

Sonó el teléfono y le avisaron de que tenía que hacer un viaje inesperado. Se vistió rápidamente y salió a ese encuentro. Era una reunión en otro pueblo de la costa, problemas de medio ambiente. Comida a base de pic-nic y bebidas refrescantes. Al llegar a casa vio un escaparate con unas lucecitas.

Día 15 Miércoles.

Amaneció alegre y contento. La luz entraba por la ventana. Todo hacía presagiar que iba a disfrutar de un buen día. Sin embargo su sonrisa se esfumó de repente en la tarde. Una llamada fue la causante. Juan y Montse, habían tenido un accidente en su coche y les trasladaban al Hospital.

Día 16 Jueves.

Estaba amaneciendo y se encontraba con la frente entre las manos. Afuera la lluvia caía indiferente. Adentro, en un habitáculo del Tanatorio, reposaban los cuerpos de sus amigos que no pudieron soportar las graves heridas causadas. La noche les había arrancado la vida. Él aún no daba crédito a lo que estaba pasando.

Día 17 Viernes.

A las doce era el funeral en el pueblo. Mucha gente se congregaba alrededor de la Iglesia. Cantidad de personas le daba la mano y palmaditas en la espalda, pero no veía nada, no sentía nada. Sólo un dolor lacerante, un grito ahogado en su pecho y una rabia inmensa por todo lo que le rodeaba.

Día 18 Sábado.

Había pasado la noche en blanco. Pensaba y pensaba en lo irreal de todo. No tenía sueño. Sonó el timbre de la puerta y fue a abrir. Había una niña pequeña, parecía que pedía algo. Se fijó en sus ojos azules que le miraban profundamente mientras hablaba. No quiso escucharla y le cerró la puerta.

Día 19 Domingo.

Se encontraba mal. No aceptaba lo ocurrido. Hacía una semana estaba con ellos, en el pueblo y ahora... De vez en cuando venía a su pensamiento el recuerdo de aquella niña del día anterior llamando a su puerta y las lucecitas que había visto días atrás en el escaparate.

Día 20 Lunes.

Llegó tarde al trabajo. En realidad no quería ir pero debía hacerlo. Se preguntaba por qué debía ahora luchar, qué metas tenía él, qué le esperaba en su futuro. La figura de la niña llamando a su puerta y el cierre precipitado de su parte, volvió a su recuerdo. De nuevo se encontró pensando en aquellos ojos azules.

Día 21 Martes.

Su hermana Marta le llamó para que fuera a pasar Nochebuena con ella y su familia. Él quiso rehusar, pero Marta insistió y al final él le dijo que iría.

Día 22 Miércoles.

Camino del trabajo creyó ver la figura de una niña conocida. Corrió a la esquina por donde acababa de doblar su figura, pero ya no estaba. Miró al cielo nublado y sintió sus lágrimas en forma de lluvia. También él notó que una bajaba por sus mejillas.

Día 23 Jueves.

Muchas prisas en el trabajo. Los compañeros querían partir y acabar la jornada. Él contemplaba absorto unos documentos que no le decían nada. Pensaba en Juan y Montse, en su sonrisa perdida para siempre. Se levantó de la silla y salió a la calle. Hacía frío, pero no lo sintió. Creyó escuchar un Villancico.

Día 24 Viernes.

Después de un día lento y desesperante llegó la noche. La cena fue la acostumbrada en estas fechas. Marta tenía prisa, quería ir a Misa del Gallo. Le dijo que si la acompañaba. Él la contestó que no, que no le apetecía. Entonces ella le miró con sus ojos azules, ¡sus profundos ojos azules que tanto recordaba de su niñez!, y le dio un beso en la mejilla. Él se estremeció y sintió su mano entre las suyas.

Día 25 Sábado.

No sabía cómo había sucedido pero allí estaba, en la Misa del Gallo. Hacía un momento que la Misa había terminado y ahora, detrás de Marta, iba a besar al Niño Jesús. Su corazón latía con fuerza, algo estaba pasando, la figura que veía lejana se estaba acercando, le miraba con fuerza con sus ojos azules y veía en ellos esa luz especial, esa noticia, ese mensaje. "¡La Navidad y la Paz habían llegado!".

Allí estaba el motivo para seguir viviendo. Con lágrimas en los ojos, Besó al Niño, musitó una plegaria y volvió a la vida.

En el patio de la Iglesia, Marta tomó su barbilla, enjuagó sus lágrimas y le abrazó fuertemente.

Rafael Sánchez Ortega ©
15/12/10

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