martes, 18 de octubre de 2011

LA BAJAMAR.


Mar vacía y seca, agua que se escapa presurosa dejando las huellas en la arena húmeda azotada por las olas y el viento.

La bajamar tiene su misterio y encanto, no poco llama la atención a cuantos visitantes se acercan por San Vicente.

Preguntan: ¿Cómo es que el agua se ha marchado?

Yo les contesto: Dentro de unas horas vuelve a subir con una corriente como loca y muy furiosa.

Ellos se quedan perplejos, no salen del asombro, mar viva o mar muerta, varias horas galopando para arriba y para abajo, sin descanso, en ciclos de doce horas todos los días.

Así tenemos la oportunidad de pisar la arena por la playa, que con tanto agrado todos procuramos hacer, hasta los peces hacen su recorrido ansiosos de encontrar la suculenta comida de ostras y otros mariscos al subir la marea.

Cuando es mar viva casi tapa los ojos del puente de La Maza al subir la marea; donde la Rampa, ha ocurrido varias veces, ha llegado hasta la carretera de La Cabaña.

Con las mareas bajas, los barcos no tiene agua bastante en la canal para salir a pescar, ni para entrar al puerto. Por eso, casi todos los años viene una draga para quitar la arena que se acumula en la ría y así, dar paso a los barcos para una salida y entrada sin dificultad.

Cuando es mar muerta el agua sube y baja despacio y a cada marea se retrasa en su ciclo, media hora o más, también creo que va mucho con la luna, si está en creciente o menguante.

Aprovechando la marea baja, se cogían en el fango de la ría, y con muy poquita agua, las almejas, berberechos, las navajas o muergos. Eso era hace años, pues todo se ha ido acabando, ya no quedan ni cámbaros, es una pena como queda todo destruido; esto sucede desde hace cincuenta años para acá. No se recuperará jamás.

Blanca Santos Gutiérrez ©
17 de octubre de 2011

No hay comentarios: