miércoles, 30 de noviembre de 2011

EL JARDÍN DE LAS ESTRELLAS.


Cuando el mundo aun estaba dominado por los dioses, Poseidón estaba muy preocupado porque el nivel del mar aumentaba, cuando las lagrimas de los niños eran derramadas.

Preocupado se dirigió al Olimpo para hablar con Zeus, pero antes de llegar se encontró con Nix sentada en un viejo tronco de árbol. Se acercó lentamente y le preguntó que le pasaba, si podía ayudarla. Ella le contó que cuando llegaba la noche el cielo era ignorado, porque no había nada en él, que los humanos quisieran posar su mirada. Y quería hablar con Zeus, para que le ayudara.

Juntos se dirigieron a las majestuosas puertas del Olimpo, le contaron sus problemas, al rey del rayo. Les escuchó muy atento y tras tocarse tres veces la barba, rompió la espera con su voz sabia; "¿qué os parece si recogemos todas esa lagrimas de los niños las sembramos en un gran campo y cuando germinen, colocamos esas flores en el cielo para que la gente no lo ignore y tampoco su oscuridad?". Los dos aceptaron con una gran sonrisa de alivio, pero una pregunta nació en sus mentes, "¿quién sembraría las lágrimas?" "No os preocupéis yo me ocupo de encontrar a la persona idónea, vosotros solo esperar noticias mías"

Tras varios días lo encontró Nero, un joven aprendiz de jardinero, Decidió que él mismo le contaría en que aventura se iba a convertir su vida, tras la sorpresa que el dios de dioses manifestara para hablar con él, le escucho atento:

-Nero tu recogerás todas las mañanas al despuntar el alba las lágrimas que poseído dejara en la caldera de Santorini y las sembrarás en aquel campo, cuando germinen las semillas serán de color azul pero no las cortes, tienes que esperar a que ese azul se convierta en blanca claridad, tras cortarlas las depositarás todas las noches en la estatua de Nix, pero tienes que prometerme que no contarás a nadie de donde proceden las flores, si lo haces conocerás la furia de Zeus, ¿me has entendido?, ¿aceptas el trabajo?

Sin pensar más de un segundo Nero aceptó y juró por su vida que guardaría su secreto. Nervioso a la mañana siguiente fue en busca de las lágrimas y las sembró como le habían explicado; pasaron los meses y Nero siguió mimando y cuidando las lágrimas. La gente del pueblo estaba sorprendida por las bellezas de aquellas flores, pero sobretodo del cuidado del jardinero y de forma coloquial le llamaban el “jardinero del paraíso”.

Por fin las flores cambiaron de color, estaban preparadas para ser recogidas y así se hizo, nuestro protagonista estaba tan nervioso que se paso toda la noche mirando al cielo para saber que haría Nix con sus flores, pero esa noche no vio nada diferente y decepcionado continuó su preciosa labor, pero justo cuando en ese día el sol se marchó y la oscuridad se apoderó del cielo aparecieron unas pequeñas luces en lo alto, graciosamente colocadas.

La gente era muy feliz por la nueva imagen del cielo cuando la noche se apoderaba del mundo, y así transcurrieron los meses y cada protagonista continuó su labor y las luces en el cielo también, pero tras pasados muchos años, al florecer una lagrima, no era una flor azul era un árbol blanco casi transparente, sorprendido Nero se dirigió al Olimpo para hablar con Zeus, el Dios le dijo que no se preocupara que él se encargaría de descubrir el suceso y solucionarlo.

Tras pasar varia horas hablando con Poseidón y Nix, descubrieron al dueño de la lágrima, y decidieron preguntarle cual era su pena, y así sabrían la extraña aparición del árbol. La niña les contó que lo que producían sus lágrimas era, que siempre que se iba a dormir tenía miedo a la oscuridad, y sus sueños siempre eran oscuros y tristes.

Nix la acarició la cara y le dijo que desde esa noche nunca más tendría miedo y que siempre habría alguien vigilando sus sueños. Pasaron las horas del día como siempre y en el momento que la noche cubrió con su manto el cielo, aparecieron las luces pequeñas de todas la noches y una enorme esfera blanca daba claridad y vigilaba los sueños de los niños. Y desde ese día nadie más tuvo miedo a la oscuridad.

Y así fe como aparecieron las estrellas y la luna, para que disfrutemos de ellas todas las noches porque fueron creadas para nosotros. Y nos protegen de nuestros propios sueños

Jezabel Luguera González ©
Noviembre 2011

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jezabel:
Desde que estoy a tu lado, se me ha pegado un poquito de esa imaginación, un trocito de corazón, una pizca de serenidad, esa que emanas a pesar de tu juventud, una capota con el velo de cielos que llenaste razonablemente de brillos, tanto como el de tus ojos y la tinta que reverbera en las páginas de letras y reflexiones. La fantasía tiene que estar, tiene que brillar y tú, le pones las luces. Lns