jueves, 12 de noviembre de 2015

TEMA LIBRE



              Desapareció la dentadura de la abuela Mamen. Sí, dicho así, suena raro ¿verdad?, ¿cómo va a desaparecer una dentadura? Las dentaduras no lo hacen, pero en este caso sí. Porque es...¿cómo decirlo? es de ¡quita y pon! tal y como suena, (aún entro en estado de shock, al recordarlo).

         Cuando por primera vez lo descubrí, fue una noche en que entré en la habitación de la abuela con mi muñeca favorita Eva, lo hice para pedirle que me hiciera una bufanda azul para ella. Abu, estaba leyendo un libro, como cada noche, recostada en su almohada, y le dije:

           -Abu, ¿me haces una bufanda para Eva, por favor? anda Abu.

           -Fsi, hija,fsi, manana.

          -¿Qué te pasa en la boca Abu, por qué no tienes labios? en la cena los tenías y hablas muy raro, ¿llamamos al médico?

           Ella, extendió su mano derecha, hacia la mesita de noche y ¡oh Dios mío, no! en un vaso de cristal con agua, estaba su dentadura, ¡toda, todita entera, completa!, con todos los dientes y muelas, los de arriba y los de abajo. En una rápida maniobra ¡zas! sus dientes y labios volvieron a su sitio.

          -¡Es magia abuela!, ¿cómo lo haces?

          -No , hija no, vete a dormir, te haré la bufanda, acércate y dame un beso.

          -Uff, mejor mañana Abu, tengo pis, -(no me fiaba).

           Salí corriendo, hacia el cuarto de baño, me planté frente al espejo y comencé a darme tirones con la mano a mis dientes, por más que me empeñaba, nada ¡no salían, menos mal! No pegué ojo esa noche (un tiempo más tarde me lo explicaron).Osea, nacemos sin dientes, nos empiezan a salir y las pasamos canutas, eso creo, no me acuerdo. Luego se van cayendo y viene el ratoncito Pérez y por último, de ancianos, volvemos a perderlos, pero esta vez, no salen más ¡esto no hay quien lo entienda! Otra cosa que no entiendo, mi padre, un día, se agachó para atarme los cordones de mis zapatos, visu cabeza y horrorizada le dije:

          -¡Papá, tienes carne en la cabeza!

Esto no le gustó, a juzgar por su mirada, yo creía que teníamos solo pelo, ¿es como los dientes, cae y vuelve a salir, se ponen debajo de la almohada y viene el ratón? A la abuela, le debe dejar una pasta todas las noches ¡claro! por eso se da viajes con sus amigas, porque siempre dice que con su pensión, no le llega para nada. Le tengo que decir a papá, que ponga pelos debajo de su almohada.

            Le conté al okupa lo de los dientes de la abuela y el ratón, se quedó tal cual, me miró con cara de interrogación, bueno, como siempre que tengo un monólogo con él, frunce el ceño, sus dos pobladas cejas negras se funden en una y abre la boca. Al día siguiente, Abu le dijo a mamá que no bajaba a desayunar, le había desaparecido la dentadura, ¡claro, la primera sospechosa era yo! fui la última en verla.

           -Cris, -dijo mamá-¿qué has hecho con la dentadura?

           -Nada, anoche estaban en su boca.

           -Por tu bien, espero que sea verdad.

           Buscaron por toda la habitación, no aparecía, pero al hacer la cama del okupa...!la dentadura estaba bajo la almohada!

            -¡Guillermo, ven inmediatamente!-dijo mamá-¿qué significa esto?

            -Yo...yo...quiero dinerito, Cris me explicó lo del ratoncito ese, -(aquí levantó la voz), -lo quiero ¡para irme a Disneyland París, a Cris no se le caen y a mí tampoco.



Ana Pérez Urquiza ©

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