lunes, 11 de enero de 2016

MAR DE LETRAS
 
            Navegábamos siempre dentro de nuestra apacible bahía plagada de  letras. Remábamos pausados, sin dirección preconcebida. Viajábamos a ninguna parte porque nos faltaban  la experiencia y  el conocimiento de este mar tan peculiar y tan profundo. Además, lo hacíamos en pequeñas embarcaciones individuales que se mecían lentas y perezosas salpicando a cada golpe de remo letras sueltas que subían y bajaban entrelazándose casi sin sentido, por más que quisiéramos que formaran  frases de espuma brillante… Jamás cruzamos la barra. ¡Eran mayúsculas las letras de semejantes olas…! Y era una temeridad tratar de salir a alta mar, porque sin nadie que nos orientara, estábamos seguros de  perdernos,  y navegar a la deriva hasta naufragar…

            Pero recordamos aquello de  que la unión hace la fuerza: Reunimos nuestros barcos y formamos una flota. Estructuramos el puerto, y para que nadie pudiera perderse, en lo más alto del pueblo construimos un faro al que bautizamos con el nombre de Taller de Escritura. Sánchez Ortega es el farero perfecto que dirige con tino los guiños  y destellos necesarios para una navegación que  empezó lenta, y ahora va marchando tranquila a  velocidad de crucero…

            En nuestras incursiones en  aguas más lejanas hemos  contactado con embarcaciones  de más tonelaje como Manuel Alexandre o Bernardo Atxaga, y hasta  con  grandes navíos de lujo como  Antonio Muñoz Molina,  el irlandés John Bamville, y  el cubano Leonardo Padura.

            Seguimos remando con entusiasmo y confianza; las letras de espuma que del mar de la ilusión arrancan  nuestros remos, se van consolidando y no cesaremos de remar hasta conseguir que enlazadas todas juntas, las de nuestra flota, las veamos convertidas en un libro que para siempre quede atracado en el muelle de nuestra Biblioteca Municipal…

Jesús González ©



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