sábado, 3 de febrero de 2018

EL BESO




EL BESO
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Cierro el ordenador en un impulso por no leer ningún email más que me haga llegar tarde. Mientras me abrocho el botón del pantalón, miro ensimismada a través de la ventana: ¡No puede ser! ¿Es el contraste del blanco de las ovejas con el rojo de la pared de la casa de mi vecino, o quizás el conjunto ovejas, hierba, muro de piedra, o es el sonido de los cencerros lo que me deja absorta? ¡Cuánta paz solo mirando por la ventana!
Cojo el coche y conduzco lentamente. Pensaba surfear media hora antes de ir a mi primer día del taller de escritura creativa, pero ya no me da tiempo. ¡No hay prisa! Me cruzo con un tractor, ¡es Rafael! Me reconoce, me saluda y le saludo.
El coche va solo, conoce el camino. Aprovecho para observar tanta belleza como tengo delante. Está atardeciendo, el cielo se ha vuelto rosa. Sé que tiene un nombre ese color del cielo al atardecer, pero ahora no me importa. ¡Qué bonito! Los prados, San Vicente al fondo, los Picos nevados. 
Recorro el pueblo buscando la sala. Subo, bajo, subo. Podría seguir un tiempo más, estoy encantada, pero lo encuentro. Todos leen. ¡Qué diferentes! ¡Qué interesante! ¡Qué interesantes! Para el próximo día, “El beso”. Yo, mientras venía, ya lo he sentido. ¡Lo tengo fácil!

Almudena Pascual Álvarez de Cienfuegos©
Ruiloba, 14 de enero de 2018


1 comentario:

jezabel dijo...

solo puedo decirte que tengo muchísimas ganas de que tengamos el próximo taller para ver que has escrito, muy chulo el relato.

bienvenida ha este mundo de locos llamado taller de escritura.