–Una vez tuve quince años… Una vez tuve quince años… Una vez tuve quince
años… ¡Y qué cojones quieres que les cuentes con eso!
–Pues no sé, macho, ¡IGUAL ALGO RELACIONADO CON MIS QUINCE AÑOS! ¡NO SÉ,
DIGO YO!
–Y si es tan obvio, ¡pa qué pollas
me preguntas, Señor Escritor!
–Pues porque no sé de qué hablar,
quizás. Porque yo paso de contarles la típica historia ñoña de amor veraniego, y
lo típico en plan rebelde ya lo he hecho y, si te digo la verdad, queda un poco
como si te hicieras el intelectual, y además te encasquetan rápido lo de
“podemita”.
–Jejejejeje. Pues háblales de alguna
movida así en plan con los colegas.
–Sí,
claro, les puedo contar lo de aquellos días en los que quedábamos todos pa pasar la tarde mirando el móvil y luego compartirlo
pa que los que están aburridos en casa vean “qué bien nos lo pasamos”. Y
tampoco puedo contar ninguna movida por la que mis padres me puedan castigar.
¡JODER! Si es que todos los demás lo tienen súper fácil, que ya las historias jartas de cuando dinamitaron el culo de
una ancianita con petardos las tienen pasadas de fecha y ya no se les puede imputar
por ellas.
–¡Joder, antes podían hacer de todo!
–¡Y ahora, pero no te da la puta
gana dejar de mirar Instagram!
–¡Que te follen!
–Yo también te quiero. A ver, yo
creo que hay que enfocarlo de otra forma, más conceptual. ¿Qué significan para
ti los quince años?
–PAJAS. Muchas pajas.
–Vale, aparte de lo de la masturbación compulsiva, ¿qué más?
–Porno, a todas horas.
–¿Y algo que no esté relacionado con
el sexo?
–No sé, tío, esos momentos los tengo
todos en blanco.
–Ni puta gracia.
–¿No? ¿Ni un poquito? Mmmm. Vale.
Pues macho, no sé ni qué cojones haces ahí, rodeao de carcas, con tus padres, y
además escribiendo, porque si leer ya es una puta mierda, ¿pa que quieres
escribir? Hostias, tío, que eso ya pasó. Lo que tienes que hacer es dejarte de
tanta tontería, echarte unas plays y
parar de pensar en esas cosas.
Lucas Nuño ©

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