Es un rumor extendido como una sombra alargada, que va calando en la tierra mientras los hombres se callan. Vienen los cuervos hambrientos a desmembrar las entrañas de los suicidas cobardes que se quedaron sin habla, y es que el runrún continúa con sus melosas palabras, que van clavando puñales en lo profundo del alma. Porque parecen susurros de las lejanas fontanas, y hasta oración de los santos para el creyente que pasa...
Pero es el cáliz sublime, que va ligero de carga, ya que la sangre del hombre es, otra vez, rechazada. Y se produce el delirio entre los pechos que claman y la razón delirante que no abandona las armas. Sigue la muerte su curso con el rumor en la espada que va cortando ilusiones y va segando esperanzas. Y así los leves ardores logran murmullos que espantan al inocente que inicia y al veterano que pasa...
"...Es un rumor extendido el de la vida sin causa, pero los hombres se empeñan en perseguir esa nada..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/10/19
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