sábado, 15 de febrero de 2020

CAOS




Las fiestas de Navidad,
un peñazo insoportable:
cena viene, cena va,
familia pa aquí y pa allá,
niños gritando, intratables,
y yo, hasta los respetables,
rogando al cielo piedad.

De gran solidaridad
iba yo de bote en bote
y fue por casualidad
que sentí necesidad
de salir corriendo al trote
a recoger chapapote
y lograr así la paz.

Mas hete aquí que un amigo,
con aviesas intenciones,
me dijo “Vente conmigo,
que lo tuyo es un castigo
si comparas mis opciones,
cena y tía de co… co… colchones,
aunque venga con marido”.

¿Qué pasó, qué fue de mí?
Me consumía la duda.
Solidario siempre fui,
donde fuera yo acudí
que precisaran mi ayuda,
mas si hay mujer te… te… sesuda
¡chapapote que te vi!

No mucho la dicha dura,
y un tiro por la culata
fue mi triste desventura,
pena que hasta hoy perdura
cuando, por meter la pata,
la condena a ella me ata
y a comer siempre verdura.
Si de perdidos al río
y de tripas corazón,
no me entre desazón,
mejor sacarle partido.

De ilusión lleno a montones,
le planté cara a la vida,
y con la moral crecida
voy y le echo un par de co… co… gorriones.

Pues es grande mi ventura,
¿quién si no escucharía
la sarta de tonterías
sin el taller de escritura?

Bien, amigos, preguntaos:
¿por qué leñe está este aquí?
Simplemente, porque sí;
porque, amigos, esto es… un caos.

José-Pedro Cladera Fontenla©

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