viernes, 20 de febrero de 2009

NUESTRO PRIMER TRABAJO...




Este es nuestro primer trabajo sobre "El Mar, nos ha dicho el profesor.

Vivimos en el Planeta Azul y a pesar de ello, ¡cuántos millones de personas no lo conocen de Verdad!

Nosotros tenemos la suerte de vivir junto a él, ya que se mete descarado y maravilloso, junto con la Ría, hasta nuestras casas, siendo así uno de los pueblos más bonitos de la costa cantábrica.

Fuente de riqueza, (pero no inagotable, que hay que cuidar), de tanto y tanto pescado como alberga; proteína pura con muchas vitaminas, minerales y sus grasas, tan airadas ahora, como los Omega 3. Pero es más bonito pensar en sabrosas merluzas, deslumbrantes y brillantes bonitos, los ricos cabrachos, doradas, lubinas... apetitosos mariscos... y las riquísimas sardinas, que cuando se asan te chupas los dedos.

Me encanta el mar. Tuve un padre al que le gustaba mucho y, casada con un marino, siempre que podíamos aterrizábamos en alguna playa cercana.

Siempre me ha fascinado ver el mar embrabecido, dando con esa fuerza monstruosa contra los acantilados, saltando metros y metros por encima.

¿Y cuándo hay maremotos y las consecuencias terribles que todos conocemos nos traen?, ¿y los naufragios de tantas y tantas embarcaciones que nos llenan a veces de luto?

Con todo el mar sigue siendo hermoso de contemplar.

¿Y los cambios de color?, oscuro profundo y atemorizante, alegre verde esmeralda, azul índigo, todo depende del color del cielo.

Para mí es una auténtica delicia pasear por su orilla, con los pies descalzos, o dejar que las pequeñas olas te batan cual auténticos baños de hodromasaje, o calmar el espíritu cuando está quieto y sosegado y te sientas a su orilla en la arena, escuchándolas con su susurro repetitivo; y entonces ves lo que ha dejado la marea... algas, conchas y a veces demasiada porquería.

¿Y qué decir de la experiencia de ver de cerca a los delfines, santando en la proa del barco, ¡es fantástico!. Se dan cuenta perfectamente de que los estás mirando y no paran de hacer cabriolas y más cabriolas.

Pienso que El Mar nunca nos deja indiferentes, siendo a cada rato diferente.

María Eulalia Delgado González ©
16 Febrero 2009

1 comentario:

Anonymous dijo...

Felicidades a ese profesor.que ha logrado, agilices la pluma para plasmar tu bello sentir.
. besos