miércoles, 25 de marzo de 2009

LA PRIMAVERA


El ciclo de la vida se renueva. Días claros, luminosos, aquí ventosos, con nuestro querido frío y a veces odiado nordeste cuando se pasa de fuerza, pero sin él, se nos echar la niebla encima y casi no vemos el sol.

Los días se alargan y los árboles se cubren primero de flores de donde saldrán las dulcísimas frutas y luego, de minúsculas hojitas que poco a poco van creciendo y dando frondosidad.

El campo pierde ese verde oscuro y triste para convertirse en alfombra jugosa de un verde claro maravilloso, y con sus ríos, que bajan raudos y caudalosos de los deshielos de las cumbres, formar un paisaje idílico y grandioso.

Los pájaros andan muy afanados con sus nidos, llenando la atmósfera con trinos y más trinos. La gran variedad de flores, rosales, prímulas, margaritas, geranios, gladiolos, claveles, etc. dán un estallido de color inigualable. Para mi no hay nada más hermoso y perfecto que una flor.

Es época de preparar la tierra para sembrar en las huertas y mucho trabajo para segar, ya que la hierba crece de forma desmesurada para bien de los ganaderos y jugoso pasto para sus queridas vacas.

En este tiempo, por desgracia, hay muchas pesonas que lo pasan mal por ser alérgicos al pólen y casi no pueden salir de sus casas, pero, por otro lado, las abejas andan como locas, libando el néctar de las flores y fabricando la exquisita miel que tantas buenas propiedades nos aportan, junto con su jalea real y su propóleo.

Poco a poco van llegando los calores veraniegos, nos vamos quitando la ropa y así perdemos un poco la palidez del invierno.

¡Ya podemos ir a la playa!

María Eulalia Delgado González ©
Marzo 2009



1 comentario:

Anonymous dijo...

María,

Es un agrado disfrutar y pasearse por tus letras, siempre quedará una sensacion de eterna Primavera en ellas.
besos
V.