martes, 14 de abril de 2009

EL TREN EN MARCHA


Cuando era pequeña conocí el tren de la "carbonilla" que se colaba por las ventanillas si se dejaban muy abiertas y nos ponía la ropa perdida. El tren de los asientos de madera en tercera clase, de los bocadillos y las tortillas, de los cestos de mimbre llenos de fruta y huevos, ó con pollos y conejos vivos de las compras en los mercadillos de los pueblos. Ahora los trenes son más cómodos, elegantes y funcionales, sobre todo el AVE.

Me gusta el tren. Desde él puedes deleitarte contemplando el paisaje en lontananza, o cuando va serpenteando entre montañas y abismos, cuando pasa por puentes de hierro o junto a un río desbordado lamiendo casi los railes. Todo puede suceder. Vas inmerso en la naturaleza. Las ramas de los árboles chocan, a veces, contra él. De repente todo se oscurece. Está atravesando un estrecho túnel.

Nuestro Orient-Express, El Transcantábrico, es una opción de turistas interesante, pero muy cara. Se ha convertido en uno de los trenes más lujosos de Europa y recorre toda la Cornisa Cantábrica. Parte de León para pasar por tierras palentinas y burgalesas, hasta acercarse a Bilbao y desde allí, llega a nuestra tierra, Santander.

Por todos los sitios donde pasa les enseñan lo más emblemático de las ciudadades. Aquí la Playa del Sardinero, El Gran Casino, El Palacio de la Magdalena.

El Transcantábrico vuelve a parar en el bonito pueblo de Cabezón de la Sal, llevándoles a conocer Santillana del Mar, con su Colegiata de Santa Juliana del siglo XII, el Parador de Gil Blás y sus calles estrechas y empedradas, con las casonas mediavales y sus escudos y balcones llenos de flores. Desde allí, como colofón, a la réplica de las Cuevas de Altamira, cuna del Arte Rupestre.

De nuevo en marcha, el tren, enfila para Asturias y Galicia, acabando en Santiago de Compostela, donde los viajeros, se ponen tibios de marisco. Total mil quinientos kilómetros de vía y un recorrido de ensueño. Por las noches el trén para y así, los viajeros, pueden descansar sin traqueteos.

Lo conozco todo por carretera, disfrutando mucho, pero no me negarán que es una forma de viajar con su toque de romanticismo para el que se lo pueda permitir, además de convertirse en un viaje cultural excelente.

María Eulalia Delgado González ©
Abril 2009

3 comentarios:

Oteando el horizonte dijo...

Maria.

Siempre será un agrado disfrutar de tus letras y hacer ese recorrido lleno de emociónes que nos dejas en tu escrito.

Abrazos.

Anonymous dijo...

Fabuloso Lali. Tenemos muchas cosas en común porque ambos hemos montado muchas veces en ese mismo tren.

Flor dijo...

Lali tiene que ser un recorrido precioso un viaje en ese tren,debe ser como evocar esas viejas peliculas con historias tan bellas dentro de esos vagones,un besito.