domingo, 10 de mayo de 2009

MI VILLA


A ti he vuelto, Cantábrico del alma,
a sentir el rumor de las mareas,
a la Villa Pejina de mi cuna
la que unió San Vicente y la Barquera,
la de viejos parrales en La Maza
que por Boria buscaban La Ribera,
y en aquella calleja que recuerdo
una fuente con nombre de La Teja,
nos calmaba la sed de nuestras labios
con el agua corriente y siempre fresca.
Pero tú, mi Cantábrico querido,
el que hiciste dos rías tan señeras,
la de Pombo y Rubín por este nombre
tras marismas, los puentes y compuertas,
unas olas dejabas dulcemente
en la bella Cabaña tan despierta.

Te recuerdo, Cantábrico querido,
desde Peña Quemada hasta Villegas,
de Merón hasta el Cabo por la playa
a soñar con las rocas de Bederna.
¡Cuántos cantos llegaron con la brisa,
con el dulce nordeste que nos dejas,
y aquel lento desfile de los barcos,
cuyos nombres borraron las tormentas...
Olivina, La Gloria, Cuatro Hermanos,
Cristo Rey y El San Pablo ya se alejan,
Marcelina, Santuario, Justo Lecue
y El Rosario la Aurora con su estela...
Otros nombre se quedan vacilando
mientras pienso en el vino y las tabernas
en las tiernas canciones entonadas,
con salitre y sudores de mi tierra.

A ti llego Cantábrico añorado
a buscar El Castillo con su Puebla,
admirando las piedras y murallas
que flanquean y guardan a la Iglesia.
Dejo atrás a la Torre del Preboste
vigilando las casas La Barrera,
aquel barrio extramuros de artesanos,
tenerías de pieles, con sus huertas.
Y me digo que sí, que en sus casonas,
Hospitales, de Corro con leyenda,
hay la huella de vida y peregrinos
que llegaron a ti, en muchas fechas.
Es la historia sucinta de mi Villa,
de esta aldea y su puebla marinera,
que labraste, Cantábrico querido,
y acunaron con mimo tus sirenas.

Rafael Sánchez Ortega ©
09/05/09

2 comentarios:

Anonymous dijo...

Rafael,

Sin palabras.
súblime¡¡

Abrazos.

V.

flor dijo...

Maravillosa descripción de nuestra querida villa,evocando tiempos pasados y actuales,un paseo por la melancolia.