martes, 12 de mayo de 2009

UNA CANCIÓN

Había escuchado aquella canción por primera vez y le gustó, aunque no era la clase de música que solía oír. Aquel estribillo la hizo canturrear y alegrarle aquella tarde, mientras hacia su trabajo en soledad, como la mayoría de los días, en que la rutina llenaba sus horas de faena. La radio era su compañera y, a veces, aunque no se hacía caso de lo que en ella sonaba, le servia de fiel acompañante en sus labores, pero aquella canción la había despertado de sus pensamientos, y la había hecho ponerse alegre tarareando su melodía.

Ahora todas las tardes espera ansiosa el momento en que vuelvan a poner esa canción que aunque no sabe por qué, la hace tan feliz, y la despierta de su rutina diaria, sube el volumen de su radio y durante unos minutos se siente muy contenta escuchando esas notas musicales.

Pero esta tarde la ha encendido y ha estado aguardando que de nuevo vuelva a sonar. Sin embargo hoy no la han puesto, pues como todas las cosas de la vida ha dejado de estar de moda y ya la han retirado, todo son melodías nuevas y desconocidas, y se siente un poco triste, pero tiene la esperanza de cualquier otra tarde empiece a sonar de nuevo otra música que la saque de su rutina y la vuelva a alegrar de nuevo en las tardes de trabajo.

Ella mientras tanto, en silencio, tararea esa bella canción que tan feliz la ha hecho durante muchos momentos. La música sigue sonando y seguro que en cualquier momento sonará una bella canción que la vuelva a alegrar esos ratos de rutina y soledad.

Flor Martínez ©
Mayo 2009

1 comentario:

Anonymous dijo...

Flor,

ha sido hermoso sentir el ritmo de tus letras, dejando esa notas llenas de vida

ABrazos

V.