martes, 27 de octubre de 2009

EL NORDESTE

En una mañana de otoño sale el sol radiante y al mismo tiempo perezoso, que a las nueve de la mañana asomaba por el horizonte, resplandeciente, con una fuerza cegadora.

A poco más de una hora se presenta con furia el intrépido y atrevido nordeste y todos comentamos: "ya está aquí nuestro amigo el nordeste"

No pasa desapercibido, se cuela por las rendijas mas diminutas, hasta el interior de nuestras casas; nos congela los hogares y hasta la sangre de nuestras venas.

Al contrario que el sol, abrimos puertas y ventanas para darle entrada. Al nordeste le tenemos pánico, es como un duende, forajido e incansable que no cesa ni un momento desde la mañana hasta el anochecer.

Un buen día de sol, cuando sale el nordeste, nos ponemos prendas de abrigo, como si fuera pleno invierno, pero ni aun con eso quitamos el frío.

Cuando nuestra flota pesquera eran barquitos pequeños y salían a pescar, al salir el nordeste, todos enfilados se volvían para puerto sin haber capturado nada.

En verano agradecemos ese aire fresquito, que en muchas partes quisieran para sobrellevar el calor agotador de mas de 35º, pero también nos quita el calor del sol, en las épocas que mas lo necesitábamos y que tanto añoramos.

M. Blanca Santos Gutiérrez ©
Octubre 2009

1 comentario:

Anonymous dijo...

Muy bonito,Blanca, consigues que evoquemos todas las imágenes que nos describes.
María