jueves, 12 de noviembre de 2009

EL ABUELO


Estoy contemplando la fotografía de mi abuelo de Burgos, con nosotros, el día de nuestra boda. Una cara redondeada y regordeta, casi sin arrugas, con la frente despejada pero todavía con pelo, su media sonrisa, y unos ojos pequeños, picaruelos, junto a unas orejas un poco despegadas, de mediana estatura, y un vientre prominente, “la cuba” como nos decía.

Viene a cuento hablar de él ya que el otro día fue el "DOMUN" y esa fecha estuvo ligada durante muchos años de nuestra vida a la celebración de su cumpleaños, siempre en ese día que era el más cercano al 20.

Cuando cumplió los 80 quiso reunir a toda la familia. (de ahora en adelante, cualquiera sabe). Año tras año, ¡Hasta el año que viene!, nos decía, y así era

Si veía a alguna muchacha guapetona, se le alegraban los ojillos, y mi marido que le tomaba mucho el pelo le decía:

-Abuelo, abuelo… que le salen chiribitas.

-¡El ojo queda aquí! -contestaba.

Era un gustazo ir a Burgos, pasear por el Espolón y “chiquitear” con toda la familia cerca de la Catedral. Aquellos encuentros nos Unió mucho. En el Restaurante, era cuando te dabas cuenta de cómo crecía la familia, llegó un momento en que parecíamos una pequeña boda, ya que los nietos nos íbamos casando y teniendo nuestros respectivos hijitos. El menú casi siempre era el mismo.”paella y cordero asado”, tan bueno como lo ponen en Castilla, que lo bordan.

El problema era que no sabíamos ya que regalarle; mayor y con sus necesidades cubiertas. Un día ví un precioso bastón y a punto estuve de comprárselo. Pero me arrepentí a tiempo. ¡Si aparezco con un bastón, mi abuelo me corre por todo Burgos!

A los 92 años comenzó a usarlo porque se había tropezado en la escalera, y ya cogió un poco de miedo. Se daba su “paseito” todos los días y se tomaba su porroncito de vino con gaseosa.

Teníamos previsto que cuando cumpliese los 100 era de recibo conmemorarlo por todo lo alto, pero al despedirnos de él cuando cumplía los 98 ya no nos dijo como tantas veces ¡hasta el año que viene!, hizo un gesto con el índice hacia el suelo y efectivamente, poco faltó para celebrar su 99 cumpleaños.

¡Que maravilla, poder llegar a esos años y valerse por uno mismo!
Firmábamos todos, ¿verdad?


Mª Eulalia Delgado González ©
Noviembre 2009

4 comentarios:

Anonymous dijo...

Sí, poder disfrutar de una larga vida y llenarla cada día con alegría para él y para todos vosotros. Un homenaje que me ha gustado, este tiene muchas pinceladas. Lines

jezabel dijo...

es uno de los mejores homenajes a un familiar, que me han leido nunca siempre, es una alegria que una persona asi pueda formar parte de nuetra historia. jezabel

Anonymous dijo...

María..

Que bello homenaje a ese abuelo, que nos brindó todos sus afectos,
en las diferentes etapas de nuestras vidas,
tus lineas están llenas de calidez.

Abrazos.

V.

Anonymous dijo...

Que curioso que las dos hayamos hablado de nuestros respectivos abuelos... por tus letras se aprecia que querías mucho al tuyo,cómo se les echa de menos, ¿verdad?

María