jueves, 12 de noviembre de 2009

FRIEDA


Frieda, voy a llamarle así, una de las personas mas importantes que han pasado por mi vida. Ella es una mujer del Norte de Europa, de mediana estatura, más bien delgada, fibrosa. De pelo muy corto y cano. Sus ojos grises, pequeños, penetrantes, vivos y expresivos. Nariz y labios finos siempre con una gran sonrisa dejando ver sus blancos, perfectos y cuidados dientes.

A sus casi setenta años está llena de vida, es alegre, jovial y positiva. Tiene un sentido del humor increíble ¿fruto de haber vivido aquí en España veintiocho años? No lo creo, nació así, única, irrepetible.

Éramos vecinas porque ya ha regresado a su frió y maravilloso país pero continuamos siendo amigas. Ambas sufrimos la misma gran pérdida tan solo con un mes de diferencia, eso nos unió bastante. En nuestros diarios paseos Frieda con su mascota un perro llamado “Chap“tan especial como su dueña, yo con mi pequeñita, peluda y dulce “Nose“. En estas caminatas hablábamos... reíamos y cuando en ocasiones se nos enturbiaban los ojos, procurábamos rápidamente alegrarnos la una a la otra y así, un día y otro día durante mas de dos arduos años con lluvia, frío sol.

Siempre tenía algo interesante que contar pues su vida ha sido muy intensa, repleta de anécdotas amenas y divertidas. Lo olvidaba todo en estos deliciosos paseos. Ha sido un ejemplo y ayuda para mi, le veía tan fuerte y segura que pensaba si Frieda puede yo también. Me alentó a coger un avión la primera vez que lo hice sola, localizarme el vuelo y decirme: ¡Ana, sales tal día a tal hora¡ Gracias a ese viaje mi vida dio un gran giro (ella lo sabe ).

Me llevaba al aeropuerto me recogía... siempre dispuesta, alegre. Hacíamos escapadas a centros comerciales de compras, un pantalón...una chaqueta... nos probábamos perfumes... ¡qué divertido ¡luego comíamos, lo pasábamos muy bien. Me acompaño a comprar mi coche que también lo hacía sola por primera vez, recogerlo, ella delante con el suyo yo detrás algo insegura al sacarlo del concesionario pero Frieda estaba ahí.

No olvido la siguiente imagen de ella; decidí comprar una campanilla para mi portilla, se ofreció ¡cómo no ¡a colocármela pues bien ese mismo día, apareció ante mí con: una coqueta cesta de mimbre en la que había casi media ferretería, taladro, nivel, tornillos, clavos, martillo, fluxómetro... increíble y en un momento colocada.

Habla bien nuestro idioma con un acento muy divertido lo cual hace que su conversación resulte de lo mas entretenida. Suele decir una frase que ya he hecho mía “Ana Dios está jubilado“, Yo me reía con esta y parecidas ocurrencias, tenía tantas...

He sentido mucho su partida ha sido un soporte muy importante en ciertos momentos pero no quiero ser egoísta estoy contenta por ella ya que ha regresado a su país con los suyos a ser feliz espero, en su larga vida.

Estas letras son pocas para contar todo lo que compartí con Frieda, nunca le olvidare, siempre ocupara un sitio en mi corazón. Soy afortunada por haberla conocido pero he de decir que actualmente tengo la gran suerte de tener muchas Friedas en mi vida.

Ana Pérez Urquiza ©
Noviembre 2009

3 comentarios:

Anonymous dijo...

Querida Ana:
Eres especial, aunque Frieda coincidiera contigo, tan solo te acompañó en ese camino, seguro que ya tenías esa fuerza pero quizás estaba adormecida. Ahora nosotros disfrutamos de ti y tu compañía (al menos para mí), consigues levantar unas sensaciones que tenía guardadas y que comparto con gusto con todos.
Gracias Ana de verdad, también a Frieda porque ser una excelente guía, me has demostrado de nuevo que la sencillez con la que te muestras produce una enseñanza inmensa. Lines

Anonymous dijo...

Ana.

Vustros textos están llenos de vivencias maravillosas, que dejan una sonrisa en el alma.

abrazos..

V.

Anonymous dijo...

Parece que esta vez te has lanzado acostumbrados como nos tienes a esos textos breves que nos dejan con la miel en los labios, que hayas decidido extenderte se nota. Es un cambio al que podríamos acostumbrarnos, jeje.

María