martes, 12 de enero de 2010

AÑO NUEVO

Día 1 de Enero. Día de buenos propósitos para casi todo el mundo. Este día es especial para mí. Mientras casi todos duermen yo me paso la mañana delante de la televisión. Empiezo escuchando la Misa del Papa desde el Vaticano, pero sin terminar comienza lo que más me gusta y es contemplar a la Orquesta Filarmónica de Viena en el Concierto de Año Nuevo.

Este año, su director era el francés Georges Prêtre de 85 años, que disfrutó como un niño; era todo un espectáculo contemplar las caras que ponía. La música imperecedera de Johann, Josef y Eduard Strauss, sus valses, marchas, polkas y mazurcas…

La decoración, todos los años diferente con un sinfín de hermosísimas flores.

Fue maravillosa la pieza de Barcarola de los “Cuentos de Hoffman”.En el intermedio pusieron una filmación de cómo se había hecho y con el modisto Valentino diseñando el vestuario de los bailarines. Un derroche de fantasía y elegancia.

En la segunda parte desde el Museo de Arte histórico de Viena, los bailarines de ballet en riguroso directo bailaban de salón en salón con sus saltos alados y el colorido de los vestidos vaporosos.

El final siempre es el mismo, pero eso es lo que le da ese caché especial. Mientras se escuchaba el “Danubio azul” contemplaba el río desde su nacimiento y los países por los que va pasando hasta su desembocadura, un delta protegido con muchas aves en Rumanía.

El colofón, para los que nunca se han interesado en verlo es la Marcha Radetzky. Es muy pegadiza y el público bate palmas. Estoy segura que las bate casi todo el mundo que en esos momentos esté conectado. Yo desde luego que sí.

Ya ni se desde cuando lo veo. El sonido de la Lotería y el de este concierto está metido de tal manera que ya forma parte de mi Navidad.

Quiero terminar con una frase por unos primos que siempre son geniales en su felicitación navideña. “Quien tiene un porqué para vivir, encontrará siempre un cómo”

¡Feliz Año Nuevo!


Mª Eulalia Delgado González ©
Enero 2010

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