martes, 12 de enero de 2010

ESTRELLA MÁGICA

"Pide un deseo en esta noche de mágicas ilusiones, cree en ello firmemente y quizás la vida te sorprenda"...

Pues sí querida estrella, eso hice en está noche mágica y pasada, cerré los ojos, pedí un deseo y simplemente me quedé soñando en esa sorpresa que a lo mejor la vida me tiene reservada.

Noche de Reyes, noche sueños, noche de Paz y de Esperanza, en el año que comienza. Noche en la que se ansía el nuevo día para correr a ver qué hay de nuevo en el corazón de las gentes, de los amigos, de los familiares y también para ver tu propio corazón, ese correoso y veterano símbolo que ha sido el motor de tu vida y también el centro neurálgico por donde tu sangre oxigenada se renovaba y volvía a tus venas, a tu cuerpo con una nueva energía y con unas ganas diferentes de emprender nuevas empresas y proyectos.

Pero al sentir tu llamada y tu consejo, pedí ese deseo en esta noche, con más fuerza, con más ganas, y le pedí por uno en especial, un deseo que puede parecer una quimera, como es el de poder llegar a ti, a mirar tus ojos, a tomar del lago tu reflejo y a rozar tu cara con mis dedos.

¿Pedí mucho, en esta noche mágica, a los Reyes?, ¿pedí ese imposible al que no quiero renunciar, como es llegar hasta tu lado?...

Dices que lo pida y que crea en el deseo, que lo haga como si fuera una súplica a la noche misteriosa, a las sombras con su encanto y su hermosura, a la magia que se encierra en esos cielos, en lo alto y en la eterna providencia que gobierna nuestros pasos.

Y porque tengo fe, así lo hice. Tu consejo fue mi súplica en la noche, y le pedí ese algo tan sencillo, ese encuentro y utopía con tu luz y tu reflejo, con tu encanto y tu figura, con la imagen de mis sueños, una tarde ó una noche, en invierno ó en verano, en un parque ó en un café, paseando ó contemplando otras estrellas, rodeados de gaviotas y sirenas que reclamen nuestro tiempo, que nos lleguen y saluden, que nos hablen, nos empujen y nos digan en su jerga y sin palabras "que adelante, que rompamos ese hielo y ese miedo y el temblor de nuestros dedos se acreciente y agilice y se busquen nuestras manos, sin vergüenza.

Ya he pedido ese deseo en esta noche mágica. Ya he cerrado los ojos ante el sueño y ahora espero, simplemente espero y ansío esa llegada, esa llamada, ese roce de tus labios con los míos en un beso sin principio ni final, a pesar de las personas, a pesar de las miradas y a pesar de tantas cosas.

Dices que ojalá la vida me sorprenda, pero yo diría algo diferente, ¡ojalá tu me sorprendas!, ó quizás debiera decir también, ¡ojalá yo te sorprenda! y me mires como soy, con lo que tengo, para que veas que lo que ansío es tu sonrisa, tu mirada, tu cariño y el deseo de mi vida, en este año, es la caricia de sus días, para estar siempre a tu lado, en la risa y en el llanto, en los sueños y en la vida, y caminando y suspirando siempre juntos de la mano.

Rafael Sánchez Ortega ©
06/01/10

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El deseo y la realidad estan reunidos, afortunados de aquellos que lo consiguen. ¿Eres ese feliz mortal? ESTE escrito es puro sentimiento. Hace pensar, recapacitar, valorar lo propio. Con él has conseguido lo que desean todos los que escriben, enseñar...

Anónimo dijo...

Tus deseos son la llama de un alma, que destila puro sentimientos!.