domingo, 21 de noviembre de 2010

VIEJA CASA

Ya nadie habita la casa,
Sus paredes ya dormitan
Albergando esos recuerdos
Con nostalgia de una vida.

Sus ventanas carcomidas,
Las puertas apolilladas
Telarañas son cortinas
Asomando en su fachada

Dentro, en los salones,
esos tapices eternos,
con colores desteñidos
se reflejan en sus lienzos.

Los techos están ajados,
Se vislumbran las goteras,
Muchas tejas levantadas
Por los vientos y tormentas.

Vidrieras que en otro tiempo
brillaron con hidalguía,
los escudos con blasones
desprendidos agonizan.

Sus maderas agrietadas,
de pisadas incesantes,
con trasiegos sucesivos
de asiduos habitantes.

Ya nadie habita esta casa,
cuentan que fue de nobleza,
entre sus muros de piedra
han quedado sus leyendas.

Historias y comentarios
Entre halos de misterio,
susurros entrecortados
dicen que allí se oyeron.

Flor Martínez Salces ©
Noviembre-2010

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