martes, 21 de diciembre de 2010

ESTA MAÑANA

Esta mañana se ha sentado a ordenar las cosas de ese viejo baúl, en él conserva todos los recuerdos, que año tras año le envían sus amigos y seres queridos, fotos, escritos, poemas.

Uno a uno los ha vuelto a leer todos, los ha acariciado y se ha embriagado con el olor a papel desgastado.

Al llegar al fondo del baúl ha aparecido una felicitación de Navidad, el sobre esta muy deteriorado y su papel es casi transparente, dentro hay una tarjeta, mira la fecha y se asombra, cuando la recibió era una niña.

Fue la primera postal que la enviaron, era de unos parientes que vivían en el extranjero, y recuerda haberse quedado fascinada ante ella.

Tiene dibujado un portal de Belén, se aprecian al fondo el buey, la mula, y una pequeña hoguera encendida al lado del niño, unas ovejas tumbadas, alrededor, y el suelo está lleno de paja, si mueve la postal hacia arriba, se puede ver sonreír a ese niño allí plasmado.

En aquellos años solo había tarjetas en blanco y negro, y recuerda como la enseñó con entusiasmo a todos, la guardó durante mucho tiempo en un libro de cuentos, hasta que al final fue a parar al fondo del viejo baúl.

Casi ni se acordaba de ella y al encontrarla, ha sido como si de repente, habría vuelto a su infancia, ¡cuántos recuerdos han venido a su memoria!.

Le parece verse celebrando aquellas navidades de antaño, sin luces en las calles, ni anuncios extravagantes, solo el calor del fuego, el olor a musgo de los nacimientos, y lo entrañables que eran aquellas navidades.

Las de hoy ya no le gustan, se ha perdido el auténtico espíritu navideño, que entonces sé vivía con intensidad y se compartía con todos, entre ilusiones y sueños.

Pero aún así para ella esta mañana llego la navidad, aquélla que hace tantos años con una simple postal enviada desde muy lejos, la hizo muy feliz.


Flor Martínez Salces ©
Diciembre 2010

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