viernes, 21 de enero de 2011

LA CHIMENEA




Querida amiga:

He vuelto a mi país natal y mientras desentumezco mi cuerpo, manos, posaderas y pies -al calor de mi chimenea- voy abriendo tu carta. ¡Por Dios, que no tenga que volver a La Toscana! ¡No! ¡Menos mal! Y además me das todo un año para que cumpla tu deseo.

Estamos de suerte ya que Gaspar y Melchor me han regalado un año sabático. Me voy haciendo viejo y cada día me ven más remolón junto a mi amor: mi añosa chimenea.

Me cuentas que tus primeros secretos de niña y de adolescente los conoció tu chimenea. ¡Ay niña! Entre aquellas azuladas llamitas y entre aquellas anaranjadas chispitas también me hallaba yo (agarrado a la gruesa cadena central). Te veíamos zalamear entre brazos amorosos; después, -y sin poder reprimir nuestra risa- fuimos testigos de la pira que formaste con las cartas de tus ex pretendientes: je, je; te observábamos cuando barridas las cenizas sobre el leño ardiente, trazabas una cruz sobre la gruesa plancha del fuego y así liberada del Sacamantecas y de todos los seres malignos te alejabas hacia el sueño reparador.

Veo que has aportado tu granito de arena para que tu deseo se haga realidad.
Me dices que conoces un constructor genial que se halla en el paro, que con un solo Mail mío se pondría manos a la obra; siempre que su inicial apareciera junto al mío: (BL o bl/ LB o lb) sí, me gusta la simbiosis. También tienes una amiga que se codea con representantes de jeques árabes –que mantiene sus encuentros en Bourdeaux, en London, en USA, pues se dedica a la cría de caballos de pura raza. Sí amiga, en períodos de crisis, los ricos se hacen más ricos. Espero que también sean ricos de corazón; aunque seguro que me pedirán algo a cambio.

Y ahora, ¿te parece? Presentamos a la tercera CHIMENEA. La Chimenea Inteligente –la has llamado. (A high standing, detector, destroyer, neutralizar –la he cualificado).

Cara mía, me manifiestas tu miedo, que conduces con mucha aprensión desde que leíste el libro “Gomorra”. Que temes que se abra una brecha en la autovía y que los surtidores expulsen líquido inflamable; que géiseres químicos contaminados te disparen carbonizada contra las nubes; que los carabinieiris no encuentren ningún rastro de tu persona y te conviertas en otra víctima fantasma de la mafia, de la camorra.

Que notas que los Boss, los Killers, los Seekers (los Sacamantecas de hoy en día) acampen a sus anchas ante el silencio de la sociedad. Que ves nuevas áreas con la hierba removida: zonas que ayer formaban parte del paisaje y que hoy son sepulturas de basura recién cubiertas.

Sí, mi dolida amiga, en nuestra gira por La Toscana hemos sido testigos de la más terrible realidad: niños -de no más de once años- que en su huida de los Carabineiris han volado de los camiones basurero hasta el cemento de la cuneta, dejando al descubierto sus piececitos atados a mazacotudas plataformas.

No sé a dónde llegarán y qué harán los futuros: Gasparcitos Melchorcitos y Baltasarcitos, ¡pero seguro que serán los Sabios más Sabios del Mundo! ¡Ánimo querida amiga!

Y acciono mi robot ordenador.
Y comienzo el diseño de mi: SUPERMAGIC CHIMNEY.

Un abrazo bronceado. Baltasar

Isabel Bascarán ©
San Vicente de la Barquera,
12 de Enero de 2011

1 comentario:

M.Carmen I. dijo...

Kaxo Isabel,
Mira por donde por casualidad doy con mi amiga de la infancia en un blog de internet.
Resulta que en el relato “Se equivocó la paloma, se equivocaba…” del 10 de marzo del 2009, creo que indirectamente yo también tuve algo que ver con el incidente de la bata blanca de Begoñita.
Me ha gustado mucho leer tus relatos.
Un abrazo.

Maikaibar