Te diría que te adoro
al descubrir los te quiero
de mi vista a tu mirar.
Me hacen sentir en el cielo.
Que te tengo muy presente,
que sufro si no te toco
y se forma en mis adentros
nieblas de lágrima al ojo
a llorar estando cerca,
a sufrirte en lo remoto,
a conservar tu recuerdo
en la razón de los locos.
Te quiero si me utilizas,
te quiero sin controlar,
si algún día me quisieras
me podría trastornar.
Moriría, si pudiera,
siendo cigarro encendido
en los dedos de tu mano
eternamente prohibidos.
De acariciarte al completo,
de adorarte sin respiros;
vendaría hasta mis ojos
por ser corazón cautivo.
Sí, la razón yo quisiera
para vivir sin tu antojo,
ni callarte con mis besos
ni a beberte en los sollozos.
En sueños te veo y toco
y no te debo tocar,
“Dame ese amor, ¡oh Dios mío!
y el poder de enamorar”.
Yo debiera de marcharme
si me quedara, es mortal,
si me acercara, perezco,
si me fuera, muero más.
Pero, es sueño, ya lo sabes,
pues tú no sientes lo mismo,
y yo quisiera apartarme
del volcán de este delirio.
La pena me la provocas
si a mi lado estás y vas,
me muero si no te veo,
me muero cuando tú estás,
y lo sabes, yo lo siento,
tu sabes de mi verdad,
sabes que muero por dentro
no queriéndote alejar.
Y que no logro caminar
más que a tu paso lucero,
¿qué pasa, no estás o te quedas?,
¡qué locura, no sosiego!
La niebla es otra tortura
lo es también la oscuridad,
me rozas en lo oportuno
y me dejo acariciar;
le sacas provecho al humo,
a la niebla, a la amistad.
Lo sé, y no tengo consuelo
porque, al final es mi mal.
Si estás cerca, yo te añoro,
si lejos, casi me muero,
si hablo contigo, suspiro
y suspirando, te anhelo...
Yo me pierdo en esta niebla
pues, te quiero idolatrar
entre cien mil poesías,
ante el edil o el altar;
ante todos lo hablaría,
ya no me quiero abrasar.
Mil abrazos te daría...
y hoy... me he vuelto a controlar.
Lo que frena que me aleje
eso mismo hará que muera
y te quisiera apartar...
...más sucumbiré a mi quimera.
Ángeles Sánchez Gandarillas ©
7-XI-2011
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