miércoles, 20 de junio de 2012

LA SIRENITA.


Paseaba por la playa con el viento alborotándome el pelo y pensando en un millón de cosas a la vez, cuando de repente me encontré una roca que la mar había traído. La recogí de la arena, la observe, era única o por lo menos para mí, tenía tres tonalidades distinta de negro. La guarde en mi bolsillo y pensé que quedaría estupenda en mi cuarto y así siempre tendría algo de este  lugar especial.

Al regresar a casa la limpié y busqué el mejor sitio para mi nuevo tesoro, justo encima de la chimenea, donde todo el mundo podía observarla.

A la mañana siguiente, al despertarme, me encontraba más cansada que cuando me fui a dormir, había estado toda la noche soñando con el mar, una cueva, unos ojos negros y una voz que pedía ayuda. La verdad no le di importancia porque los sueños, son eso sueños. Pero a la noche siguiente soñé lo mismo y así durante los días sucesivos, lo único que cambiaba era que los sueños se hacían más nítidos y yo cada vez estaba más cansada.

Decidí ir a dar un paseo a la playa para despejar estas pesadillas de mi mente y que las olas se llevaran mis preocupaciones, pero cuál fue mi sorpresa cuando en el lugar donde encontré la piedra había surgido un enorme agujero, fui a investigar como toda una buena detective  y justo en el instante que toqué la arena, caí dentro de él. Al abrir los ojos lo primero que vi fue la cueva de mis pesadillas. Asustada, de un brinco, me puse de pies. Colocada detrás de una roca escuché una voz que me helaba la sangre, decía que dominaría el mundo y que solo faltaba que llegara… ¿yo? ¿Qué pintaba yo en esta historia?, cogí todo mi miedo y salí de mi escondite.
-¿Quién eres, para qué me necesitas…?

 Y de repente me encontré enfrente del ser más increíble del mundo era… un sireno,  tenía una gran cola de pez de color verde, que brillaba cuando el sol se reflejaba en ella y una gran melena oscura, era imposible pensé, se encontraba encerrado en una especie de cárcel de agua, como la de los acuarios, pero al mirarle a los ojos todavía me asusté más, eran los ojos de mis sueños, a él le paso lo mismo. Decidí liberarle, despejar ese misterio que no me dejaba dormir, pero alguien me agarró de los brazos y me ató a una estalagmita de la cueva. Me observaba como los niños pequeños miran a los animales en el zoo y sonreía como los malos de las pelis de Disney, al fin se decidió a hablar:

- Bienvenida Altair, esperábamos tu visita. ¿Te encuentras cómoda?, perdón por atarte pero si no te escaparías y eso no es bueno para mí, pero no te molestes porque Athos se llevo la peor parte dentro de la pecera… Qué bonito es reunir a toda la familia, la verdad que os dais un aire.

SUELTANOS LOCO!-, le grité -¿para qué nos necesitas?, ¿familia qué dices...?

-Que buena pregunta, y ya que estamos tan cómodos en mi casa os contaré el resto de mi plan:
Athos es el hijo del mar (como puedes observar es un Tritón jaja dijo mirándome) y el joven sireno grito: ¡SUÉLTAME YA, ESTÁS LOCO Y NUNCA CONSEGUIRÁS NADA DE NOSOTROS. Y SINO DEJA A MI HERMANA LIBRE…!

Levantando la mano infringió un gran dolor a Athos y este empezó a gritar, y a nadar de un lado para otro.

- Como estaba contando, tú eres Altair la hija de la tierra. Y yo… soy el magnífico Andros el hechicero de la oscuridad del fondo del mar y con vuestras vidas conseguiré que esa oscuridad que reina, el océano desaparezca. 

Yo no podía creérmelo me encontraba secuestrada junto a un ser mitológico que se cree que somos hermanos y un loco quería matarnos para conseguir luz bajo el agua. ¿Estaré soñando?

-Andros, yo no soy la hija de la tierra, ni hermana de Athos y lo que intentas conseguir es absurdo, estás loco muy loco... El giro su mano y sentí un gran dolor en mi cabeza, entendí que me había hecho lo mismo que a Athos.

- Mirar niñitos mal educados, con vuestras vidas conseguiré aumentar mí poder y así eso que vosotros llamáis calentamiento global, conseguirá que los océanos se aumenten, que los míseros humanos desaparezcáis, y mis viejos amigos los sirenos estarán a mis órdenes porque tu padre Athos, morirá de pena al ver tu cuerpo y el de tu hermana. Y el tritón que gobierna las aguas será mío.

-¿Qué os parece mi plan? Asi que ahora os dejo solos, para que penséis en vuestra absurda existencia, lo que más lamento es, que no os de tiempo a conoceros como unos verdaderos hermanos.

Por fin nos dejo solos, y nos quedamos varios minutos mirándonos uno al otro.

-¿Es posible que se cumpla su plan? ¿Tienes alguna idea Athos? Voy a morir atada a una estalactita sin poder luchar…

-Tanquila Altair, llevas varios días soñando con esta cueva, conmigo ¿recuerdas?

- Sí, llevo varias semanas sin poder descansar, y tu eres esos ojos con los que sueño ¿qué podemos hacer?

- Esos sueños era el medio para contactar contigo, y que vinieras a ayudarme, bueno a ayudarnos. Tú y yo estamos conectados, desde que nacimos. Este el plan cuando éramos pequeños nos criamos juntos y nos cantaban una nana para dormir, pero he investigado que esa nana es un sortilegio, para que nadie pueda conquistar el mundo, y nuestros mundos sigan en equilibrio como el bien y el mal ¿comprendes? Tu mundo no existe sin el mío, y si nos matan será el caos.

-¿Nos criamos juntos? ¿Tus sabias de mi  existía? ¿Es verdad que eres mi hermano? Pero como….
¡Contesta por favor!

- S nos criamos juntos, somos hermanos. Hijos del dios del mar y de la tierra, nuestro cometido es equilibrar a estos dos mundos y la única manera de salir vivos de aquí es cantar ese sortilegio ¿preparada?

Que el amparo de la tierra
Me dé la fuerza de su interior
 Y Altair tu hija lo protegerá.

La oscuridad del mar nos proteja
Y Athos lo defenderá.

Porque somos los elegidos para liberar vuestras fuerzas
Ayudarnos y conseguiremos la Paz.

Tras acabar nuestra pequeña nana, todo se quedó en oscuridad solo oíamos los gritos de Andros maldiciéndonos como seres horribles. y diciendo que nada había acabado.

Abrí los ojos y me encontré tirada en la playa rodeada de gente, busqué y busqué a Athos, pero no estaba. La gente me preguntaba: ¿si estaba bien? y que tenía que ir al médico que me había desmayado, pero…¿todo lo que había vivido era parte de mi imaginación? Al regresar a casa todo era igual nada había cambiado y pensé para mí que todo había sido un sueño, al entrar en mi cuarto fui a buscar mi roca pero en su lugar había una cajita blanca como de coral y al abrirla encontré un colgante de una concha blanca y una nota:

Altair nunca olvides quien eres,
Y menos que somos hermanos,
Cuida de la tierra solida mientras yo cuidare del mar.
Y si algún día me necesitas, este colgante me avisara.
No ha sido un sueño, y alguna vez, ven a buscarme en nuestro lugar especial
La playa donde el mar se une a la tierra.

Jezabel Luguera ©

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