No
pareces darte cuenta
de
que sufro y me atormento
entre
mis tristezas
que
se han hecho angustias;
de
que sonrió
aunque
no tenga ganas.
No
pareces darte cuenta
de
todos mis temores,
de que lloro en silencio
cuando
no me ves.
No
pareces darte cuenta
que
necesito tu ayuda
y
reclamo esa mirada
de
ternura y compresión.
No
pareces darte cuenta
que
la vida va pasando
y
que añoro muchas cosas
que
me hicieron muy feliz;
y
mientras tanto tú
no
pareces darte cuenta
que
necesito tu ayuda.
Flor Martínez Sálces ©
Octubre,2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario