sábado, 20 de octubre de 2012

OCTUBRE


Estaban en octubre y comenzaba el nuevo curso.

Se había acostumbrado a ello y en estos últimos cuatro veranos ansiaba ese comienzo.

Cumplió los años en febrero y había crecido mucho. Aquellos maletines de antaño ya no le servían aunque, solía utilizar papeles para las correcciones. Ahora usaban ordenador. Decían los abuelos que: ¡Ese trasto era un demonio que se comía los libros!

Terminó de “afeitarse” unos pelillos que le sobresalían cerca de la nariz. De mayor se dejaría bigote...

Los bermudas se quedaban atrás junto con el verano y era hora de ponerse los pantalones largos con la raya bien planchada, los zapatos brillantes y una camisa impecable.

Sabía que estaría en una nueva clase, la de los mayores, esos que siempre le parecieron genios. Los veía al pasar por delante de su ventana. Los conocía porque a veces, les pedía algunos datos antes de las pruebas mensuales, Miguel, Carmen, Pablo, Violeta, León, Teresa...

Aseado y repeinado subió hasta el centro.

Llegó antes de la hora para verlos llegar. Además, sería el primero en conocer a los nuevos discípulos.

Esperó ansioso ante la puerta de entrada.

Normalmente, esperaban en la biblioteca el momento de subir a su pequeña aula. A los pocos lectores que osaban quedarse hasta que ellos se iban, se les apreciaba en los ojos una recriminación silenciosa. ¡Tan mayores y haciendo ruido!

Llegó el preceptor, que educado, dio en voz baja las buenas tardes.

Fueron llegando...

Siempre se saludaban igual, besos sonoros, saludos en voz alta, risas, ruidos de sillas...

Aquel recinto se llenaba de alegría en cada encuentro; aunque no lo pareciera, eran todos adultos, (unos más que otros y, no por la edad), además, tenían un vinculo que se notaba en el ambiente, ellos lo denominaban cariño.

Este curso iban a reunirse abajo, en la biblioteca, donde los libros de grandes autores les rodearían.

No quiero ni pensar en la escandalera que formarán en los minutos previos y la libertad para reírse, este curso no molestarían a nadie.

¡Por fin me inaugurarían! 

Autor: Cuarto curso del Taller de Escritura.


Ángeles Sánchez Gandarillas ©
Octubre de 2012

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