miércoles, 14 de noviembre de 2012

TELÉFONO

 
BIOGRAFIA:  
Nació el 24 de Febrero de 1876, a las 2 de la tarde en Washington, hijo de ALEXANDER  GRAHAN BEEL. (lo patentó dos horas antes que Elisha Gray, de Chicago).
 
Etimológicamente se compone de dos palabras. TELE = LEJOS    y PHONE = VOZ. Y se componía  de transmisor con micrófono de carbón, hilo conductor y receptor con placa electroimanada. Es un instrumento de comunicación, diseñado para la transmisión de la voz y demás sonidos hasta lugares remotos.
 
Según va creciendo, va evolucionando de manera insólita. Así mismo se multiplica tanto que hoy hay teléfonos hasta en los bolsillos y ha llegado a ser un aparato imprescindible. 
 
SERVICIOS: 
 
Este instrumento sirve para dialogar. ¿Quién no ha entablado alguna vez una buena conversación y,  a veces, bien extensa? ¿Quién no se ha sentado para hablar con el jefe o con un cliente, a veces conversaciones no tan dialogantes?... Para dialogar nació el teléfono de la esperanza cuya finalidad es hablar con el otro para la vida.
 
Así mismo sirve para entablar una amistad. ¿Quién, por medio de él, no ha hecho un amigo o una amiga y para siempre?
 
También sirve para avisar. ¿Quién no ha recibido alguna vez algún aviso?. Unos tristes, cuales son la enfermedad o muerte de alguien querido. Otros alegres, como que has sido abuelo o que te ha tocado un buen premio. ¡No fuera malo!.
 
A su vez sirve para hacer propaganda, dándonos bien la lata. Para espiar, de ahí nace el teléfono pinchado. Y…, tantos y tantos servicios más.
 
Incluso yo tengo un teléfono inalámbrico para ocasiones especiales. No tiene hilo conductor, ni número, ni aparato. Y ahora mismo hago uso de él:
 
-¡Señor, Dios mio….! 
-¡Eh!, ¡Eh! Maximino, te he estado llamando y no me has contestado.
-¡Oh, Señor! No lo oí. No tendría cobertura o habría mucho ruido. 
-¡Quizá, Quizá, Maximino!. Pero, ¿me ibas a decir algo?
 
-Pues sí, Señor. Es que mi amigo, ese niño, esas jóvenes,no lo entiendo muy bien y te iba a preguntar… ¿por qué?...
 
-Maximino, sabes que os necesito y no quiero nada más que lo de siempre:  ¡que os améis!
 
-¡Vale, Señor!  Lo haré o lo procuraré.
 
Al momento hago uso del teléfono que me queda y que llamo universal. Tampoco se necesita marcar, pero al momento suenan muchas voces: "¡Dígameeeeeeeee!".
 
Y les digo:
 
-Como ésta es una ocasión especial: ¡os quiero a todos!
 
Y así lo hago todos los días, mientras pienso: ¡qué suerte de invento: EL TELEFONO! 
                                                              
Maximino Fernández Sierra ©

No hay comentarios: