sábado, 15 de diciembre de 2012

SUEÑOS



Salí al campo al caer la tarde
y al poco tiempo oscureció.
¡Anda que anda desorientada
y muy afligida estaba yo!,
quería gritar y a la vez no me salía,
llamaba a mi madre y no me oía,
pedía al Ángel de la Guarda
que me ayudara en esta agonía.

Se oían ruidos, las hojas secas,
y el correr del agua del río,
las ranas y sapos saltaban,
los pájaros hacían sus algarabías.
Yo estaba muy asustada, era toda oídos,
tenía la boca seca y me faltaba el aliento.
Yo pensaba, “me toparé con un oso
o quizás con lobos hambrientos.

Pasaron las horas y ya amanecía.
Me detengo, y a lo lejos veo
un pastor con sus ovejas, me acerco
y estuvimos hablando un rato,
El buen señor me ofreció un pedazo
de pan con queso y agua fresca,
que con ansías, bebí un trago.
Me indicó por donde estaba el pueblo.

Yo le dije, descansaré antes porque
tengo mucho cansancio y sueño.
Cuando duermas un poco,
sí quieres te llevas mi asno,
él sabe el camino y muy tranquila
llegarás a tu destino.

Me acordaba de mi familia,
lo más grande que he querido,
a quien habré dado un disgusto como nunca
sin haberlo merecido. 

Ya montada en el borrico
emprendimos el camino,
y a las dos horas y media
llegamos al pueblo querido.
Cuando me vieron llegar todos juntos,
los vecinos, entre ellos mis hermanos
y mis padres; fue el encuentro más querido.
Después de una noche tan larga y triste,
que como ellos, yo había tenido,
Acabó todo feliz, pero tengo que decir
que todo esto fue un sueño.


Blanca Santos ©
6-XII- 2012

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