Pienso que, desde muy antaño,
millones de años, la humanidad ha ido construyendo una gran escalera. La
escalera no es otra cosa que un instrumento o mecanismo, hoy en día, compuesta
de peldaños o escalones y cuya finalidad es la de subir y bajar de unas
superficies a otras.
Me voy a referir a la escalera
creada por la humanidad desde el principio del universo y quiero denominar:
escalera de “quita y pon“.
Considero como primer peldaño, la creación del hombre.
Hombre de barro, débil, rompiente y aguerrido. Tantas veces como se ha roto, ha
vuelto a remodelarse.
El segundo peldaño me inclino por
la creación de la mujer. Un peldaño fascinante, recio fuerte voluble, cambiante
y con buena labia. ¡Qué hubiera sido del hombre sin la mujer! La incógnita siempre será infinita… como lo
del huevo y la gallina, por ejemplo.
Posteriormente, la humanidad, los
hombres, nosotros, hemos ido poniendo peldaños, peldaños de “quita y pon”.
Los siguientes peldaños los
incrusto en la consecución de cosas. Por ejemplo, el primer instrumento
cortante que hicieron de piedra los pobladores de entonces. Así mismo, la
primera jabalina con punta de hierro o bronce. Para aquellos cazadores debió
ser un peldaño emocionante y de mucho servicio. ¡Cómo no destacar el
impresionante momento de haber llegado a pronunciar los primeros vocablos y
entenderse!. ¡Qué hermoso peldaño para haberlo podido vivir! Así también han
sido interesantes los grandes peldaños de las obras monumentales de la
antigüedad.
Y a lo largo de la historia de la
humanidad se han ido poniendo a la gran escalera numerosos y excelentes
peldaños: espléndidas obras de escultura; maravillosas y luminosas pinturas;
excepcionales monumentos de construcción: catedrales, puentes, etc., etc.
No digamos menos de los escalones
de los inventos: modelos de locomoción, medios de comunicación, etc., etc.
También en el campo de la
medicina se han creado unos peldaños increíblemente magníficos, como los
trasplantes de toda clase de órganos. De tal manera y tamaño han sido los
peldaños y a veces tan de prisa, que muchas veces comentamos qué dirían los
habitantes de hace no tantos años si levantaran la cabeza. No se lo podrían
creer: un barco que no necesita remos, un tractor que hace todas las labores,
un aparato que ordeña las vacas solo… Y así pondría una lista interminable de
peldaños.
Bien, hasta aquí he descrito, a
vuela pluma, los peldaños del “pon “.
Desgraciadamente, también hay que
tener en cuenta los numerosísimos peldaños del “quita“.
Guerras, tan antiguas como la
propia humanidad, y…hasta santas. Y adosado a ellas, la creación de armas de
destrucción. Asesinatos, terrorismos, drogas, injusticias, abortos, desahucios,
accidentes, etc., etc.
Y me parece que con el “quita y
el pon” nos hemos quedado sin peldaños y
por tanto sin escalera….¿podremos subir y bajar a algún lugar?
Espero que sí. Eso es, la
esperanza nos traslada a mejores lugares. Entre todos debemos que la esperanza
sea realidad.
Hagamos una composición mental y
de las desgracias y asesinatos de los últimos niños y de los niños que mueren
diariamente, y fabriquemos tantos peldaños, como esos ángeles, que nos eleven a
mejores aires.
Trabajemos por ello y aprendamos
de los errores.
Maximino Fernández Sierra ©
No hay comentarios:
Publicar un comentario