domingo, 20 de enero de 2013

LA ESCALERA





Pienso que, desde muy antaño, millones de años, la humanidad ha ido construyendo una gran escalera. La escalera no es otra cosa que un instrumento o mecanismo, hoy en día, compuesta de peldaños o escalones y cuya finalidad es la de subir y bajar de unas superficies a otras.

Me voy a referir a la escalera creada por la humanidad desde el principio del universo y quiero denominar: escalera de “quita y pon“.

Considero  como primer peldaño, la creación del hombre. Hombre de barro, débil, rompiente y aguerrido. Tantas veces como se ha roto, ha vuelto a remodelarse.

El segundo peldaño me inclino por la creación de la mujer. Un peldaño fascinante, recio fuerte voluble, cambiante y con buena labia. ¡Qué hubiera sido del hombre sin la mujer!  La incógnita siempre será infinita… como lo del huevo y la gallina, por ejemplo.

Posteriormente, la humanidad, los hombres, nosotros, hemos ido poniendo peldaños, peldaños de “quita y pon”.

Los siguientes peldaños los incrusto en la consecución de cosas. Por ejemplo, el primer instrumento cortante que hicieron de piedra los pobladores de entonces. Así mismo, la primera jabalina con punta de hierro o bronce. Para aquellos cazadores debió ser un peldaño emocionante y de mucho servicio. ¡Cómo no destacar el impresionante momento de haber llegado a pronunciar los primeros vocablos y entenderse!. ¡Qué hermoso peldaño para haberlo podido vivir! Así también han sido interesantes los grandes peldaños de las obras monumentales de la antigüedad.

Y a lo largo de la historia de la humanidad se han ido poniendo a la gran escalera numerosos y excelentes peldaños: espléndidas obras de escultura; maravillosas y luminosas pinturas; excepcionales monumentos de construcción: catedrales, puentes, etc., etc.

No digamos menos de los escalones de los inventos: modelos de locomoción, medios de comunicación, etc., etc.

También en el campo de la medicina se han creado unos peldaños increíblemente magníficos, como los trasplantes de toda clase de órganos. De tal manera y tamaño han sido los peldaños y a veces tan de prisa, que muchas veces comentamos qué dirían los habitantes de hace no tantos años si levantaran la cabeza. No se lo podrían creer: un barco que no necesita remos, un tractor que hace todas las labores, un aparato que ordeña las vacas solo… Y así pondría una lista interminable de peldaños.

Bien, hasta aquí he descrito, a vuela pluma, los peldaños del “pon “.

Desgraciadamente, también hay que tener en cuenta los numerosísimos peldaños del “quita“.

Guerras, tan antiguas como la propia humanidad, y…hasta santas. Y adosado a ellas, la creación de armas de destrucción. Asesinatos, terrorismos, drogas, injusticias, abortos, desahucios, accidentes, etc., etc.

Y me parece que con el “quita y el pon”  nos hemos quedado sin peldaños y por tanto sin escalera….¿podremos subir y bajar a algún lugar?

Espero que sí. Eso es, la esperanza nos traslada a mejores lugares. Entre todos debemos que la esperanza sea realidad.

Hagamos una composición mental y de las desgracias y asesinatos de los últimos niños y de los niños que mueren diariamente, y fabriquemos tantos peldaños, como esos ángeles, que nos eleven a mejores aires.

Trabajemos por ello y aprendamos de los errores.    
                                                   
 Maximino Fernández Sierra ©

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