Mi amor.
He empezado tantas veces esta carta que parece que ya la he
escrito. Comencé con un “mi vida”, “cariño”, pero ninguna de esas expresiones
llegaba a definir una mínima parte de lo que eres para mí. Pero mi amor, lo
define todo.
Nunca pensé que aquella mañana mientras compraba el pan,
encontraría a la persona que sin darme cuenta estaba buscando, no puedo decirte
que naciste para mí, porque no eres mía. No se puede poseer algo que es tan
fascinante, único y mágico como tú. Eres aquel ser que me completa, me acompaña y hace que sea
mejor cada día. Soy parte de algo tan maravilloso que temo despertar un día
y ver que todo era un sueño y tú no existas.
Que fácil resulta abrirte mi corazón, expresar con unas
sencillas palabras, los complejos sentimientos que produces en mi alma. Todos
los días, desde que permití que tu dulce mirada guiara mis sueños, me realizas
una pregunta -¿Qué siento por ti?
¡Y aquí estoy, con la pluma cargada de palabras para
contártelo!
Sé que esto no es lo que esperabas, pero mis sentimientos
son tan profundos, que tengo miedo a decirlos en voz alta y después se
difuminen con el aire, al igual que los sueños, cuando el alba aparece.
Me imagino tu rostro lleno de sentimientos y gestos mientras
lees y buscas más de un significado a mis palabras, y eso me produce una
sonrisa en el rostro.
-¿Quieres saber qué eres para mí?
Eres aquel sueño, por el cual Zeus creó el Olimpo. Esa
sinfonía que Mozart compuso, para su amada. Aquella rima que inspiró los poemas de
Bécquer. Ese color que envuelve las pinturas de Van gogh. -¿Lo entiendes?
Eres parte de mis amaneceres, tú imagen es la primera, que
da luz a mis mañanas. El sonido de tu sonrisa, enciende todos mis sentidos como
un simple interruptor; No me puedo imaginar un día sin ti, ni oír tu voz,
perdiéndome en tu profunda mirada o simplemente sin pensar en ti.
Lo sé soy un romántico empedernido. Enamorado de tus grises
ojos, adicto a tus cálidas sonrisas, cautivo de tus brazos de terciopelo e
inventor de tus sueños.
-¿Te es suficiente?
Seguro que no, porque los sentimientos no se explican, se
demuestran. Yo lo intento cada día creando un amanecer que te de la misma luz,
que tú, produces en mi corazón.
Te Quiero, pero no resume el movimiento de mariposas dentro
de mi estomago al verte.
Te Amo, pero no alcanza para guardar toda la alegría que me
produce un beso tuyo.
Pero Mi Amor, lo recoge todo ¿lo vas entendiendo? O ¿sigo
explicando?
Es, el miedo que sentí antes de nuestro primer beso, y al
instante siguiente la alegría cuando ya te le había dado.
La sensación de vencedor, cuando tu mano buscaba la mía para
estrecharla mientras paseábamos aquella tarde de octubre. Ese brillo único, que
se produce en mi mirada, al despertar junto a ti cada mañana. El grito
silencioso que te suplica un beso cada vez que me miras de reojo. Todas
aquellas, pequeñas cosas que haces sin ni siquiera darte cuenta, que ya forman
parte de mi vida y la hacen ser mía.
Si todo mi amor se pudiera guardar en una caja, necesitarías
una tan grande como la vía láctea.
Espero que mi respuesta te deje conocer un poquito, qué se
esconde detrás de mi corazón, el que todos los días te da las gracias, por
hacerle sentir que forma parte del mundo.
Con Cariño un
enamorado.
*Jezabel Luguera*
No hay comentarios:
Publicar un comentario