Según Joaquín Pertierra
”Escuchar el silencio quiere decir escuchar al otro, ponerse en su lugar,
tratar de comprenderlo para, desde ahí, resolver con la palabra los conflictos
que hayan podido surgir.” Este hombre
llegó a esa conclusión cuando según él “ya sumaba bastantes años en su vida”.
A veces la vida se adelanta y te
hace llegar a conclusiones que no corresponden con tu edad cronológica pero sí con tus vivencias.
No hace mucho buscaba la soledad
para disfrutar del silencio y ahora, al cabo de unos meses, el silencio es lo más
duro con que me puedo encontrar en el día a día.
Las nuevas tecnologías hacen que
un simple pitido en uno de los muchos, y a veces diabólicos, aparatos
electrónicos de los que ya casi todo el mundo dispone, desde el más pequeño al más
anciano, llevamos en nuestro bolsillo hace que ese silencio se rompa y
compruebes que tienes mucha gente buena que te quiere contar cosas y no quiere dejarte más tiempo del preciso
escuchando tu silencio.
El silencio del dolor no
compartido y el del abandono de los seres a los que quieres y te quieren es el
más duro de soportar. De ahí que a partir de ahora voy a ser la persona más
bulliciosa que nunca pudiera imaginar, con todos los que no dejáis que escuche
nada más que muchos ánimos y mejores quereres.
Por eso aquí estoy, de nuevo con
vosotros, para meter mucho ruido con las carcajadas que todos vosotros
provocáis en quien os escuchamos y si llega el caso, y puedo provocaros una
sonrisa, aunque no sea sonora, disfrutarla también.
Siempre se han comentado en
diversos escritos, y de palabra también, que somos como una pequeña familia con
aficiones y necesidades muy parecidas. Y aquí viene muy bien una frase de las
muchas recibidas por mí en estos meses que dice que: “La sangre te hace
pariente pero la lealtad te hace familia”. Y yo me he topado con una inmensa
familia, que estoy segura que no he
hecho nada por ganármela, pero que la generosidad de la gente que me conocéis
habéis creado a mí alrededor.
A veces nuestra vida es como un
laberinto, vamos eligiendo opciones, escogiendo caminos, direcciones…. A veces
una quisiera empezar de nuevo, o se siente perdida, a la deriva. A menudo te
desesperas, quieres llegar rápido a algún lugar y entonces puede ocurrir lo
peor de todo, que es haber llegado a la felicidad y no darnos cuenta de ello.
No se si es positivo o negativo pero, sorprendentemente, en mis peores momentos
vividos hasta ahora es cuando he podido saber lo que en realidad es la
felicidad.
Gracias a todos por habérmela
proporcionado.
Laura González ©
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