sábado, 28 de junio de 2014

LA DESPEDIDA



                                        

  Las visitas del médico suelen ajustarse a los términos “hola” y “adiós”.  Pero, otras veces, visitas añoradas, encuentros planeados de antemano se resumen en un adiós.  Es cuando nuestra razón se niega a escuchar lo que parece haber sonado en el oído y nos pegamos con lágrimas de “locktite” a las personas queridas.  Nos aturullamos al unísono en múltiples conversaciones.

  Los primeros E mails  anunciaban que la llegada a San Vicente iba a ser el día 17.   Los sucesivos correos ya nos informaban de que el viaje desde Malmo podría sufrir contratiempos por los horarios juguetones, por el trasbordo de aviones o por los trámites de alquiler  de coche  -el dichoso e injustificado “papeleo español”; el encuentro pasaría al día 18.  Sólo las que venían de Suecia, igual, tenían una idea más fidedigna de lo que sucedía.  Nosotras, las que vivíamos en Serdio éramos mariposas que volaban sin rumbo; moviendo las alas con ansiedad y zozobra: ni avanzábamos en nuestros quehaceres, ni descansábamos tranquilas a la espera de nuestras amigas.

PIP, PIP.  Por fin, llegaron hacia las 12 del mediodía.  Karin conducía un coqueto cochecito blanco y Ann Marie hacía de copiloto  Nos abrazamos, nos besamos pero todo sin pausa y con prisa.

Kari empezó con su exposición speedica:  ¡“nosotras ya hemos realizado las compras; vamos a pasar unos minutos con vosotras y nos vamos a comer a “Corre Poco” PEROOO... CÓMOOO...protestamos.  Sin embargo, aquellos ojos azules y dulces nos llegaban al alma.  Su voz era fresca, dinámica.  Sí, disfruto de buena salud; ahora es Ann Marie la que tiene que cuidarse.  Menos mal que tenemos contacto diario, si no hubiera sucumbido ante la meningitis: tengo que cuidarla para que vaya recuperándose poco a poco, (Ann Marie asentía)  También Julia está esperando a una intervención; nos invitó a instalarnos en su casa, pero hemos optado por un hotelito en el pueblo. ¿Y qué tal vuestros hijos?  Ay, Ana, qué perrita más linda.  Nosotras vamos a recoger una en Bilbao para Ann Marie…No, no, gracias; no queremos tomar nada. Y ya, nos tenemos que ir a comer ya que Ann Marie debe llevar a rajatabla el horario.

Muá, muá, muá, muá, muá, muá más otros tantos besos de  Karin.  Os prometemos que el próximo año pasaremos más tiempo a no ser que surja algún imprevisto”!

  La verdad, creo que batimos el récord de los Guinness. Seis personas que se añoran, que desean ponerse al día de las vidas de allá y de acá, con sosiego; sin embargo,  disfrutan del dulce pero escueto lapso de tiempo, de pie y alteradas.

  El cochecito arrancó.  Las mariposas volvieron a agitar sus trémulas alas…
                                      
      San Vicente de la Barquera, a 22 de junio de 2014
                             Isabel Bascaran  ©

No hay comentarios: