Decides hacer limpieza general, y
de repente tus ojos se van al mueble donde guardas tus tesoros. (Las
fotografías). Esas que se fueron guardando haciendo álbumes y más álbumes con
la historia de tu vida; y te sientas y
abres el primero y lloras y te ríes, y te emocionas. Muchos ya no están. Pero
merece la pena seguir. Te ves con mofletes en brazos de tu madre cuando eras un
bebé. Sí, todos hemos sido bebés y hemos ido al Colegio vestidos con o sin
uniforme, y seguro que muchos tenemos la consabida foto familiar con padres y
hermanos, muy vestiditos y en el estudio del fotógrafo que más fama tenía de
“hacer fotos bonitas”. Luego te sorprenderás viéndote con tu vestido de lorzas
o de marinerito en tu Primera Comunión, y el recuerdo de tus padres, abuelos,
tíos y primos en ese día. Vuelves a vivir tu niñez, y de ahí vas pasando a tu
juventud. Fotos de excursiones del colegio, fotos de la pandilla, de cuando nos
pusieron de mujercitas con bolsos y zapatos de medio tacón, (parecía que nunca
íbamos a cumplir los veinte), o pantalón largo si eras un jovencito.
Pero sí que crecimos y luego ya
son fotos de noviazgo y llegas al "álbum de la boda", y seguro que nos reímos y
nos emocionamos. Ahora ya son fotos de tu vida adulta, de la familia que hemos
creado y si hay hijos los verás riendo, llorando, dormidos, en la playa,
rebozados de tierra o de chocolate. Y luego serán sus "primeras comuniones". Y
así volverás a recordar tu vida que se repite en tus hijos, y serán sus bodas y
tus nietos. "Pero a estos solo los verás por pantalla". Se acabó lo de hacer
álbumes. Esta ya es otra vida, a la que tenemos que adaptarnos, pero que
también tiene su lado positivo, y es que nunca se han hecho tantas fotos como
ahora. Con los móviles no paramos. Cuando hace sol no se sabe ni lo que sacas,
pero es muy fácil borrar y sacar más.
Los álbumes ya se quedarán ahí,
de una época pasada y siempre tendrá su encanto perder de vez en cuando un rato
con ellos.
Mª
Eulalia Delgado González ©
Octubre
2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario