viernes, 18 de noviembre de 2016

mujer

LA MUJER
Resultado de imagen de Núria Espert, Premio Princesa de Asturias

¡La mujer! Tenemos que hablar de ella, y yo lo soy. ¿Cómo ser imparcial? Ante todo, como el hombre, un ser humano, y salvo excepciones, que las hay, muy humano, ya que nuestro cuerpo está preparado para dar vida, sentir sus latidos y sus movimientos, y pasarlas a veces ¡muy putas!, como se dice vulgarmente, para dar a luz.
Por lo demás, vamos por la vida con nuestras virtudes, pero también con nuestros defectos y contradicciones, gustos diferentes y maneras de ver la vida.
Aquí, tenemos la suerte de vivir en un país con libertad, que otros por desgracia no tienen y donde la vida de las mujeres vale muy poco. Así y todo, también caemos en desgracia. “Violencia de género”, dicen. Celos, droga, alcohol. Es terrible, y no hay forma de entenderlo. Pienso que hace mucha falta más educación desde la infancia. Solo hay una palabra para la convivencia: RESPETO. ¡          Si quieres que te respeten, respeta! (es mi frase).
“La mujer”, dijo un profesor cuando iba en primero de bachiller, “ese ser de largos cabellos e ideas cortas”. La verdad es que era un profesor estupendo, pero a mí esa frase se me quedó clavadita. Menos mal que, a estas alturas de mi vida ―trabajé de soltera en una oficina―, veo a muchas mujeres en puestos de responsabilidad, con carreras importantes en su haber y compaginando como pueden, con ayuda o sin ella, trabajo y familia.
¡Claro, ahora ya sé por qué me he cortado el pelo! Como voy para mayor, es para que no se me vayan las ideas que me quedan y ese cable, que a veces desconecta, lo haga menos. Ja,ja,ja…
Otro profesor, el de dibujo, por aquellos entonces me dijo que tenía un pelo muy fácil de pintar. Puso una silla encima de su mesa y ¡arriba!, a que me pintase toda la clase. Me dijo que había posado muy bien. En el siguiente curso, me hizo lo mismo. ¡Me debieron de hacer cada cuadro! ¡Cómo no iba a posar bien: no meneaba ni un músculo, de la vergüenza que pasé, con lo movida que era y sigo siendo!
Bueno, ¡hala!, ya no os cuento más, que ya os habéis reído bastante.
He visto un reportaje sobre Núria Espert, Premio Princesa de Asturias de Las Artes. Fue curioso. Ella es al revés que los demás. No espera a que acabe el trabajo para desarrollar su vida, sino al contrario. Su vida es cuando actúa. Entonces trabaja hasta la extenuación, porque quiere seguir viviendo en los personajes que interpreta.
Hay una cosa que nadie nos puede negar y es que somos intuitivas. ¡NO ME DIGAS POR QUÉ, PERO ES MUY POSIBLE QUE PASE ESTO O AQUELLO! Y pasa.
                                                                       Mª Eulalia Delgado González ©
                                                                       Noviembre 2016


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