Yo la quería
Yo la quería.
La quería desde que la vi por primera
vez. Estaba con un grupo de chicas muy dinámicas y alegres. Me dije que esa
chica sería para mí.
Estudiaba magisterio. Decía que le
encantaban los niños. Disfrutaría mostrando a los peques el camino de un mundo
feliz.
En segundo, tuvo un pequeño accidente
que le impidió asistir a clase por varias semanas. Estaba muy triste y con gran
stress. La tranquilice quitando
importancia. Sería, le dije, la mejor madre y maestra posible para mis hijos.
Logró tranquilizarse. No volvió a clase y yo la quise más todavía.
Entendió perfectamente mi cariñoso
comentario sobre el comportamiento tan infantil de sus amigas, siempre gritando
y cantando y viviendo a lo loco. Poco a poco las fue dejando y yo la quería
más.
Me molestaba la injerencia de sus padres
en su vida y sobre todo cuando no me veían con buenos ojos. Pensaban que no era
suficiente para su hija.
Afortunadamente, creía en mí y se dio
cuenta de que no la dejaban vivir libremente su vida. Prefirió estar
conmigo.
La quise más desde ese momento porque vi
que era el único apoyo en su vida.
¡Oh, Dios! ¡Nunca entenderé lo de aquel día!
Se rió.
¿Qué quiso decirme con aquella risa?
¿Que era libre?
¿Por qué se rió?
¿Qué será ahora de mí?
Javi González
©
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