Me tortura un poco lo que os quiero escribir. Pero es que tal vez el tiempo… Los años…. o el no sé qué… Estoy en el Taller de Escritura desde su fundación, y os juro que en él he pasado ratos de lo más agradables que podáis imaginar. Pero me pesan los años una barbaridad, me siento cansado sin hacer nada y he perdido el deseo de seguir participando.
Es la vejez, que me envuelve y que, con una sabiduría infinita, va atando las cuerdas de mis aficiones hasta paralizarlas. Digo que con sabiduría, porque para que no me sienta defraudado por ello, a cambio, me da la oportunidad de recrearme en el puñetero placer de no hacer nada, que es a donde poco a poco me ha traído este montón de años que tengo encima.
El Taller, además del placer de la escritura, me sirvió para reforzar la amistad de muchos de vosotros y la oportunidad de hacer otras amistades nuevas, por lo que le estoy sumamente agradecido. Por todo ello, me gustaría pediros un favor: que me permitáis asistir esporádicamente a vuestras reuniones cuando el gusanillo de la curiosidad me lo pida, y que, si de vez en cuando me apeteciera enviaros alguno de mis escritos, los escucharais como si estuviera en activo.
Pero, de verdad, no quiero seguir sintiéndome atado a nada en absoluto, porque cualquier cosa que por anticipado sepa que debo hacer es un peso que me agobia. Me doy de baja en el Taller, pero siempre estaré cerca de vosotros.
Jesús González ©
Es la vejez, que me envuelve y que, con una sabiduría infinita, va atando las cuerdas de mis aficiones hasta paralizarlas. Digo que con sabiduría, porque para que no me sienta defraudado por ello, a cambio, me da la oportunidad de recrearme en el puñetero placer de no hacer nada, que es a donde poco a poco me ha traído este montón de años que tengo encima.
El Taller, además del placer de la escritura, me sirvió para reforzar la amistad de muchos de vosotros y la oportunidad de hacer otras amistades nuevas, por lo que le estoy sumamente agradecido. Por todo ello, me gustaría pediros un favor: que me permitáis asistir esporádicamente a vuestras reuniones cuando el gusanillo de la curiosidad me lo pida, y que, si de vez en cuando me apeteciera enviaros alguno de mis escritos, los escucharais como si estuviera en activo.
Pero, de verdad, no quiero seguir sintiéndome atado a nada en absoluto, porque cualquier cosa que por anticipado sepa que debo hacer es un peso que me agobia. Me doy de baja en el Taller, pero siempre estaré cerca de vosotros.
Jesús González ©
No hay comentarios:
Publicar un comentario