jueves, 24 de mayo de 2018

LA COGORZA



  
            Las noticias de la mañana abren con el atropello mortal de un joven ciclista en una carretera secundaria. Han detenido a la autora, una mujer que ha dado positivo por consumo de alcohol. Ha prestado declaración en el cuartel de la Guardia Civil y ha sido conducida a los calabozos, a la espera de ser puesta a disposición judicial.

            El joven atropellado era un estudiante de Bellas Artes, con grandes planes de futuro. Sus padres están destrozados, nada puede consolarlos, no aceptan la muerte de su hijo.

            El juez decreta prisión provisional para la mujer, acusada de homicidio imprudente, y se ordena el traslado a la prisión más cercana.

            Las redes sociales empiezan a concertar manifestaciones feministas en defensa de la mujer detenida, con el lema Una mujer inocente, ha sido un accidente. Empiezan a increpar y señalar a jueces, abogados, guardias civiles, etc.

            Las televisiones entrevistan a la cabecilla de las manifestantes, que en ningún momento muestra el más mínimo respeto y empatía por la familia que acaba de enterrar a su hijo. Solo muestra rabia por la mujer que está injustamente detenida.

            La mujer es condenada a seis meses de cárcel. Al no tener antecedentes, no ingresa en prisión. En algunas televisiones, es entrevistada como si se tratase de una heroína, atacando al sistema como responsable de los hechos. Ni una palabra de recuerdo para el joven y su familia. Niega que hubiera bebido y no piensa que sea culpable de nada. La acompañante, la feminista defensora, asiente con la cabeza y manifiesta su apoyo incondicional a su protegida.

            Entre manifestaciones, ataques al sistema y entrevistas, fue pasando el tiempo – dos años–, hasta que se diluyó y llegó el olvido.

            Un nuevo atropello mortal en la carretera: un motorista era atropellado por una conductora ebria que triplicaba la tasa de alcohol. Me quedé paralizada al reconocer a la autora: era la mujer que ya había provocado un accidente mortal dos años antes…

            El motorista atropellado era hijo de la feminista defensora de la conductora. Se preparan manifestaciones en repulsa por el atropello, con el lema No ha sido un accidente, la conductora es reincidente.

La feminista inicia su ronda televisiva, rota de dolor por la pérdida de su hijo. Pide que se endurezcan las penas por conducción ebria, apela al sistema judicial y al ministro de Justicia. Pide que se les condene por asesinato y no por homicidio imprudente. Está indignada, fuera de sí; estalla contra el sistema, pide para la asesina de su hijo la pena máxima. Su asociación feminista se presentará como acusación particular.

            Siguen las manifestaciones... 

Nieves Reigadas©

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