Era difícil vivir
y mostrarse como siempre
porque al mirar, muy adentro,
comprendías a la gente,
te veías como antaño
con el furor de la tele
persiguiendo a los marcianos
y la figura del ETE,
aquel enano pelón
que enamoró a tantos seres,
desde niños a mayores,
jovencitas y mujeres,
y es que el canijo burlón,
de los ojos tan ardientes,
se hizo acreedor del cariño
de manera irreverente...
Pero hablaré del marciano,
alienígena unas veces,
y otras tantas humanoide
que va conmigo en la frente,
y pienso un rato en marciano
acordándome del verde
un recuerdo calcinado
que me produce la fiebre,
entonces despierto y canto,
porque en la tierra es lo alegre,
y percibo los latidos
de este sentir imprudente,
y me siento tan humano,
con el fuego y con la nieve
que hasta las guerras se paran
y la sangre se detiene...
"...Es difícil la aventura
de escribir en forma breve,
y aclarar en un poema
si eres marciano o terrestre..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/11/18
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