jueves, 17 de enero de 2019

IMPROMPTU




Quiero llorar, y no puedo.

Quiero volar, y tampoco.

Estás tan lejos que no te alcanzo.

Sufro porque tu luz no me acaricia, ni mi piel arde con tu sol explosivo.

No sé si los olivos y los pinos me recuerdan ya.

Cierro los ojos y me veo frente a tu mar azul cegador, en el que mi respirar, acompasado por su dulce melodía, me golpea como una metálica tormenta primaveral.

No consigo vivir entre tinieblas, ni en la atrapada oscuridad de mi corazón.

Mis pies, envueltos entre el agua y la arena fría, se cristalizan y adormecen igual que mi alma.

Mi vestido azul se ha teñido de negro.

Me envuelvo en el matiz del color de esa tierra añorada, del secreto olor de tu orgulloso Mediterráneo, de esa ciudad bella, inteligente y llena de misterios cuya mirada se pierde en el horizonte, abrazada por sus calles, palacios y monumentos.

Esta es mi voz.

Francis Cortés Pahissa©

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