martes, 2 de junio de 2020

REFLEXIONES “DESDE MI OTERO”


             Hace ya mucho tiempo, vengo observando algo que, a mi juicio, es muy dañino. Hoy día, en época de gran incertidumbre, aún es mucho más notorio. No sé si llamarlo petulancia, complejo de superioridad, paternalismo o simplemente regodeo en el mal ajeno. Lo he observado, en diferentes circunstancias, en temas como: el duelo, el desempleo, la enfermedad, el fracaso, el dolor, el abandono, el desamor, la pobreza y muchos otros. Comentarios del tipo: “no sé cómo puedes soportarlo, yo me moriría”, “lo más terrible viene ahora”, “esa pobre gente sin trabajo”, “a mí eso no me pasaría”, “estos pobres las van a pasar canutas”, y tantos y tantos comentarios desde mi atalaya, desde mi otero, porque yo puedo, porque yo soy lo bastante bueno para no merecer eso. Por supuesto, la intención llega directamente a los afectados, no sea que no lo sepan, pobres. Personas insufribles que hacen alarde de la lástima, que no de la compasión: “padecer con”. “Desde mi seguridad, yo me permito…”. Desconocen el valor de la empatía, del apoyo, que unas palabras de ánimo no son “vaya, que mal estás”, como si el que lo sufre no lo supiera. Muchos de ellos creen que no padecer ni sufrir es algo que les viene incorporado, algo normal, una prebenda que la vida les ha otorgado. Tal vez les dé una falsa sensación de seguridad, tal vez. En un momento tan crítico de nuestra vida, de nuestro planeta, de nuestro mundo, seamos generosos, empáticos, amorosos. En el buen sentido de la palabra, humanos.

 

Moraleja : “ Si nos vas a decir palabras amables, mejor no hables”.

 

REMEDIOS LLANO

MAYO 2020. COMILLAS

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