jueves, 29 de octubre de 2020

CARANAVAL

 



–Brillaba, brillaba tanto… Estaba sentada y recostada sobre el hombro del hombre. Él también brillaba, pero menos. Los observé mucho tiempo, comisario; me transmitían tanta paz, tanto sosiego… En carnaval no es habitual, y menos en Venecia. Llevo varios años viniendo; ellos, no sé. Me fijé en la maravillosa máscara de la mujer, toda dorada, con los bordes ribeteados de plumas plateadas y unas pocas carmesí; tenía piedras verdes incrustadas y casi le cubría el labio superior. Un bolsito muy pequeño colgaba de su hombro, con lentejuelas de colores; lo sujetaba con ambas manos. Una túnica larga y blanca le cubría el cuerpo. Estaba toda prendida de pequeños lazos color malva, o morados, no sé. Por sus hombros caídos y sus formas, deduje que era una mujer mayor. Le juro, señor comisario, que creí que sólo descansaba apoyada en su pareja. La máscara de él era roja y verde y, en lugar de piedras, llevaba incrustadas pequeñas perlas; y no la orlaban plumas, sino un pequeño y tupido velo negro, como su túnica, que llevaba engarzadas pequeñas cadenas, pocas y de un gris brillante. No llevaba nada en las manos, ambas la sujetaban a ella, en un delicado y firme abrazo. Les miré mucho tiempo, me parecían hermosos y algo trasnochados, sobre todo sus pies. Ambos llevaban un calzado blanco y cómodo, parecido al que lleva mi abuela y que ella llama deportivas.

            –No vi nada raro, señor. Una madrugada de carnaval en Venecia no llama nada la atención. Yo me había sentado un rato a fumarme un cigarrillo, estaba cansada. Mis amigos vociferaban un poco más adelante, desayunando en una terraza. Después de un buen rato, noté algo extraño, no se movían, y les llamé a ustedes, a la policía.

            –¿Por qué me ha hecho venir al cabo de tres días, comisario?

            –Porque quiero contarle algo, signorina. Esta pareja es de origen español. Ambos estaban muertos. La autopsia descubrió un veneno poco común. Se habían suicidado. En el bolso de ella quedaban restos en una bolsita, junto a una nota para sus nietos. Se les acababa la vida y ellos decidieron cómo y dónde. Lo más sorprendente fue su aspecto al retirarles la máscara carnavalesca. Ambos tenían unas profundas marcas rojas en las mejillas, como viejas cicatrices, y un color blancuzco bajo el maquillaje. También una especie de surcos detrás de las orejas. Quería contarle nuestra conclusión. Son supervivientes de aquella horrible pandemia que asoló el mundo en 2020. Desde 2065, nos parece extraño, pero sabemos que anduvieron mucho tiempo tapados, con unas mascarillas. Fue duro sobrevivir. Ellos tienen casi 90 años. A usted le cuesta entenderlo porque estamos en una época floreciente a finales del siglo XXI, pero ellos han demostrado que pudieron. Es bueno que ustedes los jóvenes sepan todo esto. Usted fue testigo del final de una época. En unos días, sus restos serán incinerados y trasladarán las cenizas a su país. Si quiere la signorina, puede acompañar a su familia en la ceremonia. La invitan a través de mí. Quieren conocerla.

 

Remedios Llano Pinna©

Comillas

Octubre 2020.

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