
Tus abrazos ardientes
hicieron volverme loca,
apasionados abrazos
impregnándome tú aroma.
El aroma de tu cuerpo
en abrazos cariñosos
a mi cuerpo se pegaba
con impulsos amorosos.
Tiernamente me abrazaste,
y tus manos rodeaban,
mi cuerpo junto a tu cuerpo,
apretándome a tu alma.
Recorrían tus abrazos
mi cuerpo ya sin sentido
pues mi ser en ese abrazo
disfrutaba complacido.
Después, acercando tu boca
a mis labios la pegabas,
con besos lentos y eternos
a mi cuerpo que temblaba.
Recorriste palmo a palmo
con tu boca mis sentidos,
dejándome besos tiernos
en mi cuerpo enardecido.
Besos llenos de ternura
con la pasión desatada,
que con tus labios fogosos
a mi cuerpo lo excitabas.
Tus abrazos y tus besos
exaltaron mi locura,
y mi cuerpo deseaba
tu erotismo sin cordura.
Flor Martínez Salces ©
Marzo-2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario